Discutir con tu pareja podría hacerte engordar

Como si los dolores de cabeza y de corazón que traen aparejadas las discusiones de pareja no fueran suficientes, te contamos que también podrían contribuir a hacerte engordar.

Un mal estado de ánimo tras una disputa conyugal, sumado a antecedentes depresivos, afectaría el funcionamiento del metabolismo y generaría un mayor almacenamiento de grasa en el cuerpo. Descubre más al respecto.

 

 

Otra desventaja de discutir con tu pareja. Foto: Thinkstock
Otra desventaja de discutir con tu pareja. Foto: Thinkstock

 

Las discusiones de pareja y un historial de depresión podrían elevar el riesgo de obesidad en adultos, mediante la alteración de la forma en que el cuerpo procesa los alimentos ricos en grasa, sugiere un nuevo estudio reseñado por EurekAlert!, el servicio de información de la Asociación Estadounidense para el Avance de la Ciencia.

En dicha investigación, hombres y mujeres con un historial de depresión cuyas discusiones con sus parejas eran hostiles, exhibieron varios problemas metabólicos potenciales tras ingerir una comida alta en grasas: quemaron menos calorías y tenían niveles más elevados de insulina y picos de los triglicéridos, un tipo de grasa en la sangre.

“Estos resultados no solo logran identificar cómo los factores de estrés crónicos pueden conducir a la obesidad, sino que también señalan la importancia de tratar los trastornos del estado de ánimo. Intervenciones para la salud mental claramente podrían, de esta manera, beneficiar a la salud física”, explicó Jan Kiecolt-Glaser, líder del estudio y director del Instituto de Investigación de Medicina del Comportamiento en la Universidad Estatal de Ohio, en el comunicado de prensa difundido.

Piénsalo dos veces antes de volver a pelear

Para realizar esta investigación, 43 parejas saludables de entre 24 y 61 años de edad, casadas durante al menos tres años, fueron reclutadas y respondieron una serie de cuestionarios que incluían evaluaciones de satisfacción marital, trastornos del estado de ánimo del pasado y síntomas depresivos. También, durante los dos días que duró el estudio comieron huevos, salchichas de pavo, galletas y salsas.

A pesar de los resultados contundentes del estudio, Kiecolt-Glaser reconoce las limitaciones de su investigación y señala que los efectos de la angustia provocados por una pelea con un ser querido podrían ser aún peores. “Nuestras conclusiones probablemente subestiman los riesgos de salud porque solo se analizaron los efectos de una comida. La mayoría de las personas comen cada cuatro o cinco horas, y por lo general cenan con su pareja. Las comidas compartidas provocan oportunidades para generar discordia en una relación complicada, así que podría incluso existir un patrón de daño metabólico proveniente de la hostilidad y la depresión”, advirtió.

Y tú, ¿discutes regularmente con tu pareja? ¿Cómo piensas que podrías evitarlo?