Una cita literalmente a ciegas

Una cita literalmente a ciegas

Dicen que el amor es ciego, y un novedoso proyecto podría demostrarlo. ¿Qué te parecería pasar toda una cita con los ojos vendados, hablando con tu (potencial) media naranja sin poder verla? Una empresa de eventos anula un sentido... y exalta todos los demás. ¡Descubre de qué se trata!

¿Crees que el amor es ciego? Foto: Thinkstock
¿Crees que el amor es ciego? Foto: Thinkstock

Con (casi) todos los sentidos

Tal vez conozcas el speed dating (citas veloces), esos encuentros en los cuales los participantes tienen conversaciones cortas con varias personas distintas, y luego deciden por quiénes se sintieron atraídos. Pero, seguramente, nunca escuchaste hablar de las citas veloces sensoriales (sensory speed dating, en inglés), “una exploración interactiva del amor, la neurociencia y los sentidos”, según sus creadores, la compañía de eventos con sede en Nueva York y Londres, Guerilla Science.

¿De qué se trata? Básicamente, los participantes son vendados y deben confiar en su tacto, olfato, gusto, movimiento y, finalmente, vista, a través de las seis rondas de speed dating. El encuentro dura alrededor de una hora y puede contar con 12 a 60 candidatos.

Si la idea te resulta curiosa, debes saber que Guerilla Science organiza eventos e instalaciones que se enfocan en conectar a las personas con la ciencia, y en producir experiencias que entretengan, inspiren y desafíen a quienes participan. Trabajan para festivales, museos, galerías y otras entidades culturales, según su sitio web.

Formas curiosas de conocerse

“Al entrar, nos separaron por sexo y nos dieron etiquetas con nuestros nombres y una venda”, narra Isha Aran, reportera de Fusion. Los participantes se encontraban sentados frente a frente, sin poder verse. La profesora de psiquiatría y neurociencias, Heather Berlin, tuvo el rol de guiarlos a través de las rondas. Por ejemplo, en la primera, dedicada al sonido, debían conocerse por medio de una conversación. Entonces, Berlin explicó que al hombre le resulta más atractiva la voz de la mujer cuando está ovulando.

Otras rondas acercan aún más a los valientes participantes. “Tocar a un extraño, con los ojos vendados, es algo para lo que rápidamente descubres que no hay un lenguaje físico automático al que recurrir”, afirma Nicky Woolf, reportero del periódico británico The Guardian, que también vivió la experiencia.

En otro turno, la consigna es darle de comer a quien tienes enfrente. Pero, puede que la ronda más insólita sea la del olfato, en la cual los participantes realizan saltos de tijera para sudar y luego ¡deben oler a sus parejas, del cuello a las axilas! Después de varias rondas (¿experimentos?) más, Aran cuenta que les permitieron quitarse las vendas y, finalmente, ¡ver al otro!

Y tú, ¿participarías de un evento así?