Recién nacido: sueño y salud

A partir del nacimiento de su bebé, para los padres lo más importante es compartir y acompañarlo en la aventura de explorar y descubrir. Es así que prestan especial atención a cada una de sus acciones. Pero tan importante como cada actividad y estímulo que podamos ofrecerle, es su descanso. De él depende tanto su humor al inicio y desarrollo del día, como la energía y las ganas de recorrer el camino de aventuras que lo espera.

Es por ello que debemos tener presente que el dormir permite al cerebro descansar y recuperarse para seguir aprendiendo al otro día, que el pequeño en ese tiempo reafirma sus conocimientos adquiridos y que mientras duerme crece, ya que segrega la mayor parte de la hormona de crecimiento. De esta manera, si su descanso en tiempo y calidad es bueno, al día siguiente el pequeño estará de buen humor y con ganas de aprender cosas nuevas.

Para lograr ese buen dormir, debemos generar una rutina, de tal manera que con el correr de los días el bebé pueda anticipar lo que vendrá y así sentirse más seguro y tranquilo para dormir. Lo primero en ella será generar un clima de relajación previo en donde las actividades bajan su ritmo, se comparten actividades tranquilas: un cuento, una canción, música....un baño puede ser el facilitador de ese clima. Luego el espacio elegido para ello se prepara, es importante que sea siempre en su cuna, para que sea un lugar conocido y vaya armando “su lugar”.

Hablemos de las noches...es probable que en el intento de armar esta rutina te encuentres con algunas situaciones que se repiten en la mayoría de los hogares, como el llanto del bebé, los ruiditos que hace mientras duerme, el continuar en estado de alerta por parte del pequeño aunque ya sea plena noche...

Es muy diferente la actitud sugerible en esta etapa de recién nacido a las etapas por venir. El bebé ha pasado 9 meses en un ambiente ideal, en donde nada necesitaba que tuviera que pedir para adquirirlo; es decir que está adaptándose a la vida tal cual será a partir de ahora y eso lleva tiempo. En la panza de su mamá estaba en un clima calentito y mecedor, seguramente querrá sentir tan agradable sensación nuevamente. Por eso es que si bien más adelante trabajaremos para armar la rutina, y algunos de los ítems comenzaremos a respetar, ante su llamado/llanto, es importante proveerlo de esa sensación que implicará no dejarlo llorar por un tiempo prolongado, ofreciéndole los brazos, el calor, el ser acunado, que favorecerá sus sentimientos de seguridad y confianza, a la vez que no abandonamos el horizonte de la rutina, volviendo a intentarlo cada vez.

Si acompañamos a nuestro pequeño en ello desde muy chiquitito las etapas siguientes serán más sencillas, y nuestro hijo crecerá fortaleciendo sus recursos y sus lazos.

Quizás te interese:
La hora de la bacinilla, ¡libre de trauma!
Prevención de la muerte súbita en bebés
Seguridad de los niños