Lactancia y vínculo mamá bebé

La lactancia es el primer contacto íntimo entre la mamá y su bebé. Se trata de una de las escenas más esperadas, idealizadas y tiernas que la maternidad incluye. Ambos mirándose, oliéndose, tocándose en una sintonía única. La mamá a su vez que le brinda alimento, le brinda su calor, su ritmo cardíaco y el sostén, imprescindible para el desarrollo saludable del bebé.

Lactancia y vínculo mamá bebé - Thinkstockphotos
Lactancia y vínculo mamá bebé - Thinkstockphotos

Según la OMS (Organización Mundial de la Salud) es aconsejable amamantar al bebé hasta los 3 años. Eso es, basándose en los nutrientes que aporta la leche materna y las defensas que genera a partir de la misma. Desde mi experiencia en torno a las emociones de las mujeres devenidas madres, considero muy importante que cada mujer pueda respetar sus necesidades, sus ritmos, sus maneras, intentando prolongar el amamantamiento lo más que pueda pero acompañando el equilibrio de sus emociones.

Este vínculo que comienza a construirse requiere de la disponibilidad física y emocional de ambos: la mamá sosteniendo y maternando a su bebé, y él abriéndose al mundo de las relaciones afectivas.

Todo ello es posibilitado por el apego, entendiendo como tal el proceso afectivo que se produce inmediatamente después del nacimiento entre madre e hijo, favorecido por las actitudes de cuidado, el contacto piel a piel, las miradas mutuas, las palabras que la madre dirige a su bebé de una manera tierna y las caricias que se dan durante el amamantamiento.

Este tipo de vínculo, esta cercanía de parte de la madre desde los primeros días de vida del bebé, brindan la sensación de seguridad y confianza que necesita para ir para lograr un desarrollo saludable.

Como vemos la lactancia es una excusa ideal para responder a estas premisas: cercanía y contacto físico con el bebé. La mirada compartida, el suave arrullo, generan el ambiente imprescindible para crecer sintiéndose amado. Por supuesto que no es la única, pero es la privilegiada.

En ese proceso hay muchas situaciones diferentes que suceden en los hogares: madres que están decididas a seguir amamantando todo el tiempo posible, mujeres que la lactancia les provoca sensación de encierro, bebés que se adaptan fácilmente a lo que sus madres le ofrecen, otros que se angustian frente a una nueva manera.

Lo importante es despejar la propia manera de enfrentar cada paso en el crecimiento de nuestro hijo, asesorarnos y ofrecerle lo más saludable cada vez, sin olvidar que nuestros hijos necesitan como madres, mujeres felices.

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