La importancia de la despedida

Muchos padres eligen retirarse a trabajar mientras su pequeño hijo está en otra habitación al cuidado de otra persona.

Muchas maestras en los jardines maternales, recurren al recurso de “distraer” o entretener al chico para que los papás se vayan sin que sus hijos lo noten.

Nada de esto no es recomendable.

Tener confianza mutua es una tarea permanente en el vínculo padres e hijos, y ponerla a prueba para evitar el llanto en la adaptación al jardín o cuando su madre vuele a trabajar es demasiado arriesgado.

¿Qué tranquilidad le damos a nuestro hijo si al darse vuelta nota que repentinamente sus papás ya no están?

“Desaparecer” no es mejor para que el niño se adapte a la ausencia , sólo evitará que quizás llore delante de nuestros ojos en vez de hacerlo luego de que nos hayamos ido a escondidas.

Una vez más, la verdad es nuestra aliada. Por ello se sugiere explicarle al niño lo que sucederá, por ejemplo: “mamá se va a trabajar y vuelve a la hora de la merienda”. Esto es así tanto para niños más grandes como para bebés. Recordemos que los bebés también comprenden parte de nuestros dichos y que al decirlo no sólo transmitimos ideas si no sentimientos y sensaciones en nuestros gestos, tonos de voz, entre otras variables. Por ello es esperable que además, podamos decirlo tranquilos para transmitir tranquilidad.

Quizás no evitemos el llanto, pero sí estaremos evitando el engaño y creando confianza en el vínculo con nuestro hijo y favoreciendo cortes efectivos, de esos que promueven la independencia de nuestros hijos, basados en la seguridad que los adultos les brindamos.

Esto permitirá que nuestro hijo pueda dormir bien, durante toda la noche en su cuna o cama, pueda adaptarse fácilmente en el jardín, que pueda ir a dormir a casa de amigos, todo en un clima de tranquilidad y disfrute.