Hazlo tu mismo, cajas sensoriales para tus pequeñines

Vivimos en un mundo dónde el juego ya no es tan espontaneo como lo era en la época de nuestros padres y hasta en la de nuestros abuelos. De hecho, nuestros hijos juegan en espacios muy pequeños, controlados y con muy poca exposición a la naturaleza y los elementos.

Realiza tu propia caja sensorial / Foto: Natalia Villaveces
Realiza tu propia caja sensorial / Foto: Natalia Villaveces

Muchos psicólogos infantiles aseguran que el trabajo más importante de nuestros hijos es jugar y por ello, el exponernos a actividades que despierten sus sentidos es nuestra obligación. Aun más, cuando este tipo de aventuras lúdicas pueden ayudarles a desarrollar su inteligencia y promover una buena salud mental.

Una de las formas más divertidas y económicas de lograr este tipo de juegos esta basada en cajas sensoriales, donde tu pequeño puede experimentar distintas sensaciones gracias a la combinación de objetos de diferentes texturas y para construirla vas a necesitar:

  • Un contenedor plástico reciclado

  • Hojuelas de avena

  • Moños de regalo reciclados

  • Juguetes de distintas texturas

Básicamente vas a verter las hojuelas en el fondo del recipiente y a introducir los distintos juguetes sobre las hojuelas. La idea es que tu pequeño pueda sacar y meter los objetos y disfrutar de las diferentes sensaciones que estos le ofrecen.

Realiza tu propia caja sensorial / Foto: Natalia Villaveces
Realiza tu propia caja sensorial / Foto: Natalia Villaveces

Si quieres hacer el juego aun mas divertido, pueden introducir dos a tres tazas de agua para convertir las hojuelas en un materia pegajoso y aun mas interesante para tu pequeño. Eso si, no te frustres si al principio tu hijo rechaza alguno de los materiales, es parte del proceso de aprendizaje y conocimiento sensorial.

No hay reglas sobre cómo jugar con una caja sensorial, pero los beneficios son increíbles: Práctica de la motricidad fina, desarrollo del lenguaje, atención, concentración, estimulo de los 5 sentidos.

Igualmente puedes construir cajas sensoriales que contengan gelatina, hielo, arroz cocinado y otros ingredientes que le permitan a tu hijo explorar sensaciones que por lo general no tiene a su alcance. Pero, siempre es importante asegurarse que sean objetos seguros para tu pequeñín.

Realiza tu propia caja sensorial / Foto: Natalia Villaveces
Realiza tu propia caja sensorial / Foto: Natalia Villaveces

Seguramente después de esta divertida experiencia quedará mucho que limpiar y tanto tu como tu hijo necesitaran un baño pero, este tipo de actividades son una gran oportunidad para estrechar la relación entre padres e hijos y para aportar grandes beneficios al futuro de tu pequeño.