Se abre el debate: comer la placenta, ¿sí o no?

Lo hacen muchos animales y gente de diversas culturas, así como algunas famosas. Pero, ¿será apta y segura? Antes de decidir si comer o no comer la placenta después del parto, dale un vistazo a estas opiniones.

 

Comer la placenta ¿será una buena idea? Foto: Thinkstock
Comer la placenta ¿será una buena idea? Foto: Thinkstock

Un órgano maravilloso

La placenta es ese órgano que se forma en el cuerpo de la madre después de la concepción, aun antes de que se constituyan los órganos del bebé, y que será la responsable de proveerle al niño oxígeno, nutrientes y hormonas, indica el sitio WebMD. Después del parto, el cuerpo la expulsa (o, si tienes una cesárea, la removerá el médico).

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¿Imitación de la naturaleza?

Comer la placenta es una práctica común entre los mamíferos que la tienen, señala un estudio publicado en 2013, en la revista científica Ecology of Food and Nutrition. Sin embargo, en las personas su consumo sería menos frecuente, aunque no inexistente. Lo que nos lleva a la pregunta: ¿deberíamos comerla o no?

Un debate sin conclusiones firmes

Quienes defienden esta práctica señalan que tendría muchos beneficios para la madre, como por ejemplo, devolverle nutrientes y hormonas perdidas al dar a luz, apunta un estudio recopilado en el sitio de la Asociación Estadounidense de Antropología. Otro de los argumentos a favor es que aumentaría la cantidad de leche materna en la madre, de acuerdo con WebMD; sin embargo, ninguno de estos beneficios habría sido probado científicamente, según las dos fuentes mencionadas.

Los que sí se habrían documentado son los riesgos de comerse la placenta, sobre todo si está cruda. Como señala WebMD, en ese estado podría provocar una infección. Además, puede que algunos hospitales no te permitan guardarla o ingerirla, así que si piensas hacerlo, deberías consultar previamente la reglamentación del lugar.

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Placenta “a la carta”

Quienes consideren decirle sí a esta práctica, pueden optar por sus diferentes versiones: cruda, cocida, o deshidratada y convertida en cápsulas.

Una noticia sobre el primer estudio científico mencionado, difundida en el portal de la Universidad de Nevada en Las Vegas, resume que, si bien no hay pruebas concluyentes de los beneficios del consumo de la placenta en el cuerpo humano, algunas mujeres relevadas por los investigadores afirmaron haber percibido beneficios, como una mejoría del humor y de la lactancia, y más energía.

Antes de decidir si es conveniente para ti, consulta a tu médico. Cuéntanos: ¿qué piensas sobre esta práctica?

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