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Pregorexia, ¿la gestación de un vacío?

Cuando era niña, a las embarazadas se les decía que tenían que comer por dos. Muchas lo hacían, felices de la vida, incentivadas por quienes las rodeaban. Entonces era usual ver a las chicas embarazadas con unos vestidos grandes como carpas. No entendía por qué, no me lo cuestionaba, simplemente pensaba que los cambios del cuerpo eran algo que tenía que ocultarse. Recuerdo que muchas mujeres jamás perdían los kilos que habían ganado. Es más: en mi mente de niña, esas mujeres siempre estaban embarazadas, pero no siempre tenían bebés.

Qué es la pregorexia
Qué es la pregorexia

Pasó el tiempo, crecí, llegaron los programas de celebridades junto con las revistas y el photoshop. Las estrellas de Hollywood empezaron a mostrar sus embarazos con ropa entallada, aparecieron en portadas de revistas mostrando sus vientres lisos, abultados, hermosos. Yo estaba fascinada. Me alegraba verlas porque incluso en mi familia, a las niñas curiosas no nos dejaban tocar o ver “las panzas” de las tías. Era como un tabú.

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Pero la vida es un péndulo que va de un extremo a otro. A partir del 2013 hemos alcanzado el otro lado del espectro: pasamos de la sobrealimentación y el ocultamiento del embarazo al exhibicionismo y la “pregorexia ”, término acuñado hace pocos años en Estados Unidos (pregnant, embarazo) para definir la obsesión extrema por controlar el peso durante el embarazo y después del parto.

Lejos de escandalizarme o llevarme a emitir juicios, la llamada pregorexia me pone a pensar en cómo las mujeres asumimos los patrones de comportamiento. Me parece que las mujeres estamos desconectadas de los ciclos, no sabemos cómo cuidar de nosotras mismas y dejamos esa labor a las “autoridades” médicas o a los gurús de la cosmética. En vez de ser autorreferentes, hacemos caso a lo que nos dicen que es deseable o “correcto”, sin tener en cuenta que el interés principal de esas autoridades es hacer negocio a partir de nuestras inseguridades, reales o construidas.

Me parece que la gran mayoría de nuestros problemas sobre el cuerpo parten de una misma base: confundimos el autocuidado con el control. Lo mismo ocurre con la libertad, no sabemos qué hacer con ella, apenas vemos la oportunidad, nos llevamos al extremo.

 

30%de las mujeres no alcanzan el peso suficiente para llevar a buen término su embarazo.
30%de las mujeres no alcanzan el peso suficiente para llevar a buen término su embarazo.

La pregorexia es un claro ejemplo de esta confusión entre control y autocuidado (amoroso y autorreferente). A pesar de no ser reconocida formalmente a través de un diagnóstico médico, se tienen bien identificados los síntomas y son muy parecidos a los que manifiestan chicas con anorexia y bulimia, y eso incluye someterse a purgas o inducción del vómito. Tan solo en los Estados Unidos, 30%de las mujeres no alcanzan el peso suficiente para llevar a buen término su embarazo.

Quienes han estudiado el problema se han dado cuenta de que la pregorexia no surge en el embarazo sino que parte de un desorden de alimentación previo. El asunto más preocupante es que, tanto la sobrealimentación como la falta de nutrientes ponen en riesgo a la madre y al feto. Algunas mujeres, a pesar de sentirse físicamente débiles o agotadas, no dejan de trabajar ni de hacer ejercicio porquetemen “engordar” o perder oportunidades profesionales, y esto significaría ser rechazadas.

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A esto se suma el discurso de los medios, que anuncian a los cuatro vientos el que una estrella como Victoria Beckham o Beyoncé hayan recuperado “rápidamente su figura”. En el fondo, su figura ya no les pertenece, es la imagen de eso que la industria de la moda y el espectáculo consideran deseable. Es cierto que ellas trabajan a partir de esa imagen y gracias a ella han ganado visibilidad, por tanto, tienen los medios (nanas, gimnasios, asesores nutricionales) y todo un equipo que, literalmente, come de su cuerpo. Sin embargo, cuando se reconoce positivamente la carrera por perder peso en tiempo record después del embarazo, está ejerciendo una influencia en mujeres que no tienen las mismas condiciones de vida.

Por otra parte, la forma en que se maneja la pregorexia en los medios de comunicación tampoco ayuda. Una vez más, se mira el asunto como una patología, como una enfermedad individual y no como un fenómeno social del cual tendríamos que hacernos cargo como comunidad. La presión que sienten esas madres por volver a ser delgadas no es algo que se hayan inventado por gusto, es una presión que se construye a lo largo de la vida, a través de los discursos de los medios y a partir de comentariosdenigrantes, ignorantes y crueles de quienes las rodean.

 

Qué es la pregorexia
Qué es la pregorexia

A mi parecer, la pregorexia es una de las tantas maneras en que esta generación de mujeres está haciendo visibles los mecanismos a través de los cuales se intenta “controlar” la naturaleza femenina para sacar provecho de ella . La industria de las dietas, la cosmética y la moda recurren todo el tiempo a ese mecanismo: nos hacen sentir inseguras para vendernos un producto que “alivien” ese vacío. Cada persona internaliza estos mensajes de manera distinta y los integra a su historia personal, hay quienes los manifiestan en sus relaciones de pareja, hay quienes los experimentan dolorosamente en su embarazo.

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Me parece necesario que reflexionemos por qué el embarazo significa perder puntos en la escala de "lo deseable" . Porque además, las chicas que sufren pregorexia, cuando se dan cuenta de que el daño hacia sí mismas afecta al bebé, empiezan a cargar culpas que hacen todo más complicado. Empecemos por el pedazo de mundo que nos toca, nuestra familia, nuestras amigas, nuestras conversaciones acerca de la gordura o lo que “debería ser” un cuerpo bello. Sería bueno que revisáramos nuestras opiniones acerca del cuerpo y los ciclos femeninos; probablemente, nuestros comentarios están haciendo más difícil el proceso de autoaceptación que lleva a una mujer a amarse tal y como es.