Los rebozos para bebés: volver a las raíces

Si pensamos en nuestros primitivos antepasados (cuando todavía eran nómadas), en los aborígenes, en los monos, en los canguros, podemos concluir que todos ellos tienen algo en común: una manera muy sabia de llevar a sus retoños. Es decir, pegados al cuerpo.

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En el caso de los indios (y aún se usa en varios países de Latinoamérica), los acarrean por medio de una tela fuerte que se ata en la espalda o en el pecho, dejando libres ambas manos para que la mamá pueda trabajar sin tener que descuidar a su bebé en ningún momento. En la actualidad, esa tela que hoy se la conoce como rebozo o bandolera, se ha revalorizado por ser cómoda, práctica y por los beneficios que traen tanto al niño como a su madre. Es el gran abrazo materno que cualquier ser vivo necesita sentir cuando llega al mundo.

Un poco de historia

A lo largo del tiempo, la vida moderna obligó a las madres a dejar a sus críos en diferentes enseres para poder dedicarse a sus tareas cotidianas. Asimismo, la idea era independizarse más rápido para poder ir a trabajar fuera de la casa. De a poco, surgió el concepto de que era mejor que los chicos no se apegaran tanto a sus padres. Por lo que había que acostumbrarlos a estar en brazos lo menos posible.

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Sin embargo, las teorías se refutan una y otra vez. Hoy está comprobado que existen muchas razones para llevarlos junto al cuerpo de sus madres, y una de ellas es que mejora su desarrollo neurológico, emocional y madurativo. De hecho, es muy común que a los bebés prematuros les prescriban el método mamá canguro. Se trata de que ellas imiten a estos animales, llevándolos pegados a sus pechos hasta que terminen de madurar. De esta manera, los chiquillos se sienten más seguros, contenidos y, por lo tanto, tranquilos; alimentándose cada vez que lo necesitan. Incluso, estar así los ayuda a regular su temperatura corporal.

Pero los rebozos traen más ventajas para cualquier niño, desde que nace hasta alrededor de los dos años, que es el momento en que más dependen de los mayores:

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-Permite a la mamá tener las manos libres para poder hacer otras actividades sin necesidad de tener que dejar al bebé llorando.

- Al sentirse protegidos, percibir su olor, su voz y sus latidos, lloran menos. Por eso no se estresan.

-Favorece la lactancia, ya que se lo puede amamantar de una forma discreta en cualquier lado. Esto también es un punto a favor para estimular la producción de leche.

-Se pueden adecuar a distintas posiciones (acostados, sentados, de frente y de espaldas).

-Cuando están en posición vertical facilita que hagan una correcta digestión.

- Con dos rebozos cruzados se pueden cargar mellizos o dos pequeños a la vez.

-Cualquier otro familiar puede vivir esta hermosa experiencia.

-Asimismo, la madre también sale ganando. Hay estudios que dicen que reduce la depresión posparto.

-Además, el peso se distribuye parejo en la espalda, las caderas y los hombros, lo que trae menos dolores de espalda.

Variedades

-Wrap: es como una faja de tela de algodón que se puede regular a voluntad.

-Kepina: es un género cuadrado que se dobla en diagonal y se une atando las dos extremidades más largas del triángulo. El tercer extremo se pasa a través de las piernas del pequeño.

-Pouch: sirve para sujetar al chiquito formando como una especie de bolsa.

-Sling de aros: es una tira de tela que se aferra a través de unas argollas, lo que permite que la regulen.

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¡Cuidado!

-Al principio, cuando son recién nacidos, es necesario llevarlos acostados hasta que fortalezcan su columna y puedan sostener su cabeza por sí mismos. Pero al recostarlos hay que asegurarse de que su naricita no quede tapada por la tela.

-Cuando la mamá está cerca de las hornallas encendidas o de algún material tóxico es mejor que no lleve al bebé encima. Asimismo, no conviene hacerlo cuando va en bicicleta o moto.

-Antes de cargarlo por primera vez hay que practicar la forma de colocarlo y anudarlo para evitar accidentes.

Por último, debemos pensar que los rebozos son una recreación de la posición que el bebé tiene en el útero, en donde se encuentra en un ambiente cálido y contenido en el que solo importan él y su mamá.

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