¿Sirve el parto en el agua?

En la actualidad, una queja habitual de varias mujeres es que cuando van a dar a luz las tratan como un número más. Sus hijos deben nacer rápido para así dejar la cama de la clínica lo antes posible. Muchas veces practicando cesáreas innecesarias para que los prepartos y los alumbramientos no se extiendan demasiado tiempo.

¿Sirve el parto en el agua? / Foto: iStockphoto
¿Sirve el parto en el agua? / Foto: iStockphoto

En contra de esa metodología surgieron los partos humanizados, una manera de volver a las fuentes y de hacer que cada nacimiento sea único. Así, los padres son tratados de una forma más personalizada y pueden disfrutar de la llegada de su pequeño; a la vez, el nacimiento para él es mucho menos traumático. Una de las opciones que proponen estos especialistas son los partos bajo el agua. Se dice que, además de predisponer mejor a la madre (que está relajada en la bañera), para el bebé es un cambio de ambiente no tan drástico, lo que le trae unos cuantos beneficios.

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Vamos a ver de qué se trata parir en el agua. ¿Sirve realmente? Presten atención a estas dos opiniones de profesionales que trabajan de diferente manera y luego cada una podrá sacar sus propias conclusiones.

Dos métodos, dos opiniones

En un artículo escrito por Jaime R. Larrondo, que se publicó en la revista "Ser Padres Hoy", destacan varias de las ventajas que tiene el agua en el momento de dar a luz. Se dice, por ejemplo, que este parto facilita las posturas instintivas de la madre (que puede acomodarse en la posición que mejor le sienta, sin necesidad de estar recostada boca arriba), lo que aumenta su relajación muscular. Además, el agua cálida evita que el bebé pase del ambiente templado que tiene dentro del útero al aire frío de un quirófano; esto favorece que no altere bruscamente su circulación cardiaca. Así también, al pasar a un medio intermedio entre el líquido amniótico y el agua de la bañera, la respiración comienza para el niño de una manera menos traumática. Otra de las ventajas es que no se necesita preparación previa y la mamá puede optar por salir del agua en el momento de dar a luz, si no se siente del todo cómoda. En síntesis, sería un nacimiento “más natural” y menos brusco.

Sin embargo, para el doctor Ariel Masquef, obstetra del Instituto Halitus, si bien la idea hacer partos en el agua le parece atractiva y quizá la practique en algún momento, este tipo de alumbramientos no le parecen tan naturales. “Creo que es todo lo contrario, ya que los humanos desde el comienzo del mundo jamás parieron en el agua. La mujer nació para tener un parto vaginal en la tierra. Por eso digo que más que natural me parece una forma de innovar”.

¿Es cierto que para el bebé es un cambio menos drástico de ambiente?

“No lo creo; aunque tampoco pienso que sea malo para él. La realidad es que el bebé cuando sale tiene que respirar”.

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Se dice que el agua tibia funciona como una epidural natural e inhibe la adrenalina, que es la que perjudica la dilatación de la mamá. ¿Qué opina?

“Nosotros los médicos solemos recomendar que cuando empiezan con las contracciones se den un baño de agua tibia y no salgan corriendo para el hospital. Porque el agua, además de relajar, ayuda a atenuar los malestares. Siempre se va a desarrollar mejor el parto cuando la mamá llega relajada que si se encuentra estresada o nerviosa. De todas maneras, puedo afirmar que la epidural contiene otras drogas que traen más beneficios, como por ejemplo, distender la fibra del cuello del útero”.

¿Entonces usted recomienda el uso de la epidural?

“Si, yo creo que esta anestesia es muy buena, siempre que se coloque en tiempo y forma. La mamá puede disfrutar más del nacimiento y también es buena para el bebé, porque un trabajo de parto prolongado le provoca sufrimiento”.

¿Puede ser peligroso un parto en el agua?

“No, si está bien controlado y montado como corresponde. Pero siempre me parece mejor que sea en una clínica en la que se encuentren todas las herramientas necesarias para evitar el peligro. En cambio, puedo decir que estoy totalmente en contra de los partos domiciliarios. No veo la necesidad de hacerlos en el año 2013, porque es como volver a ser primitivos. Aunque suene romántico, en cualquier momento se puede desencadenar una catástrofe y la vida del bebé corre un riesgo innecesario. Tener un buen parto está más allá del método, sino del equipo médico que elijas y de la manera en que te atienda”.

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