Papás ausentes, ¿niños tristes?

Texto: Natalia Iscaro

Es el arquetipo del padre exitoso y trabajador. Tal vez por eso, Barack Obama, el presidente de los Estados Unidos, fue víctima de un pequeño desliz por parte de su esposa Michelle.

Papás ausentes, ¿niños tristes? / Foto: Thinkstock
Papás ausentes, ¿niños tristes? / Foto: Thinkstock

En una entrevista concedida a la CBS, la Primera Dama deslizó: “Créanme, como una atareada madre soltera…, oh bueno, ¡no debería decir soltera!, sino como una mamá muy ocupada”. Este pequeño acto fallido, diría Freud, revela mucho sobre una arquitectura familiar donde la madre puede sentirse un poco sola con la crianza de los hijos. En esta nota, por qué la figura paterna es tan importante, y cómo pueden las mujeres lidiar con estas ausencias para que los niños no se vean perjudicados.

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Dignos de apoyo

Son muchas las mujeres cuyos maridos son gerentes regionales de empresas internacionales, pilotos comerciales, militares, delegados diplomáticos… En fin, profesiones que los tienen demasiadas horas y días fuera de casa, y muchas veces a kilómetros de distancia. Así, estas esposas que apoyan las carreras de sus cónyuges, los admiran, acompañan y hasta incentivan, pueden darse de bruces con una dura realidad: Los hijos que crían en común necesitan algo más que una “madre soltera”. ¿Qué hacer?

Para empezar, lo importante es que las mujeres no dejen de creer en la capacidad y el talento de sus maridos, y que construyan estrategias y cronogramas para que el tiempo compartido en familia sea, aunque escaso, de calidad.

La importancia de la figura paterna

La ausencia o rechazo de un padre puede ser devastadora, explica el sitio Health Finder, del Departamento de Salud y Servicios Humanos de los Estados Unidos. Allí se detallan los resultados de un estudio realizado por el profesor Ronald Rohner, de la Universidad de Connecticut, y publicado en el diario Apuntes de la Personalidad y Psicología Social.

En el mismo, se analizaron 36 investigaciones realizadas entre 1975 y 2010, en 18 países, e involucrando 1400 adultos y 8600 niños. “Los resultados demuestran una gran relación entre la presencia del papá y factores como la independencia, autoestima, adaptabilidad, emotividad, estabilidad social y actitud positiva (en los hijos)”, afirma Rohner.

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Como conclusión, el especialista aporta que los niños necesitan, ante todo, sentirse aceptados por ambos padres. Algo que los progenitores pueden demostrar aún a la distancia, utilizando la tecnología y manteniéndose, con ayuda de las madres, al tanto de sus actividades, dificultades y logros.

La última palabra

De acuerdo con el estudio, los padres muy trabajadores suelen tener un gran impacto en sus hijos, dado que son percibidos como las figuras con mayor autoridad del hogar. Según Rohner, esto se debe a que “sus acciones se destacan más fácilmente frente a las de las madres que, a nivel mundial, son las que suelen pasar más tiempo con los niños”.

En este sentido, lo que se recomienda no es que las mujeres renuncien a su sitio de autoridad para resolver situaciones cotidianas, pero sí es aconsejable que dejen algunas cuestiones, las menos urgentes, para que sea el padre quien tenga la última palabra.

El respeto al prójimo

Según el Departamento de Salud y Servicios Sociales de los Estados Unidos, investigaciones recientes demuestran que, algo que los niños aprenden de sus padres (antes que de sus madres) es a ser respetuosos con las demás personas.
Por esto, es conveniente que sea papá, quien dialogue con sus hijos sobre conflictos interpersonales que pudieran surgir, por ejemplo con hermanos, amigos o docentes. De este modo, el escaso tiempo que su padre pase en casa, estará sirviendo para sentar bases fundamentales en la personalidad de sus pequeños.

La socialización

Los niños varones, tienen formas de relacionarse muy distintas a las de las chicas, incluso desde muy corta edad. Ellos pueden pedir perdón, ofrecer ayuda, o incluso elogiar a otra persona, sin pronunciar una sola palabra.

Una mano en el hombro, una invitación a compartir el sándwich o un gol otorgado en contra, por ejemplo, son formas de interacción que los hijos varones sólo pueden aprender de su papá. Por eso, es esencial buscar y fomentar situaciones de intercambio “masculinas”, como jugar al soccer o preparar una barbacoa, entre otros. Así, al final del día, lo que cuente será la calidad, y no la cantidad.

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Fuentes: Health Finder (healthfinder.gov), Departamento de Salud y Servicios Sociales de los Estados Unidos (hhs.gov)