Los mejores consejos para refrigerar la leche materna

Al extraer y conservar tu leche, alimentas a tu hijo y no dejas que se corte tu producción. Aquí te aconsejamos cómo aprovecharla al máximo. Foto: Neomundo
Al extraer y conservar tu leche, alimentas a tu hijo y no dejas que se corte tu producción. Aquí te aconsejamos cómo aprovecharla al máximo. Foto: Neomundo

Es cierto que cuando acabas de ser madre no tienes ganas de pensar en ese terrible momento en que confías tu retoño a otra persona, pero hay que volver a las rutinas... De todos modos, es bueno saber que hay formas de seguir mimándolo; por ejemplo, dejando la leche preparada para el momento en que la necesite. Así evitarás presiones de última hora, ya que seguro habrán otras preocupaciones que solucionar. La mejor manera de mantener la lactancia es extrayendo y conservando tu leche, porque no sólo sirve para alimentar al niño sino también para que no se corte tu producción (de este modo se estimula). Si comienzas con bastante tiempo, tendrás que refrigerarla correctamente para que no se eche a perder. Por eso, en esta nota te cuento cómo hacerlo.

Todo lo que debes saber

-Aprovecha la producción: hay que sacar tajada de cualquier momento posible. Por ejemplo, cuando la leche comienza a bajar en cantidad, luego de los dos primeros días del parto. Hasta que se regulan las tomas del bebé, los pechos suelen tener mucha producción. Si aún sientes la congestión y el niño se durmió, es un buen momento para almacenarla.

-Cómo extraerla: hay diferentes formas y debes buscar la que mejor te parezca, es muy personal. Puede ser con un sacaleches manual, eléctrico o con tus propias manos. Las opciones para hacerlo son entre tomas, al finalizarlas (aunque puede haber menos) o, incluso, mientras amamantas.

-El recipiente ideal: es imprescindible que sea fácil de limpiar y con cierre hermético. Hoy puedes conseguir en las farmacias bolsitas o frascos específicos para esta tarea. También hay muchas marcas de sacaleches que traen sus propios adminículos. Según especialistas, son preferibles los de plástico, ya que en los de vidrio, con los cambios de temperatura (al congelarla y descongelarla), se puede cortar la leche. Una opción práctica es comprar frascos de análisis de laboratorios, que son estériles y descartables.

-Cuestión de higiene: todo lo que hagas debe ser con la mayor higiene posible, para que la leche no se contamine. Recuerda lavar previamente tus manos antes de comenzar y secarlas con una toalla limpia. Asimismo, los frascos deben estar bien limpios o estériles.

-¿Juntas o separadas?: si no has conseguido extraer una buena cantidad que justifique guardarla, puedes juntar más de una extracción en la heladera (durante 24 horas) y luego unirlas para llevar al freezer. No conviene concentrar demasiada en un mismo recipiente, porque si el bebé no la toma toda deberás desecharla. Calcula más o menos una cantidad razonable por unidad, es preferible que sean muchos frascos pequeños a uno muy grande. No se recomienda juntar extracciones de distintos días.

-Ponerle rótulos: parece un detalle sin importancia pero no lo es. Poner la fecha de la extracción te permitirá usar la leche adecuada y elegir la que puede vencer antes.

-Cuestión de tiempo: la leche a temperatura ambiente (alrededor de 21 °C) dura 12 horas, aunque lo ideal sería sumergirla dentro de otro recipiente con agua y hielo. En el refrigerador puedes guardarla de 3 a 5 días, en la parte de abajo, nunca en la puerta. En el caso del freezer, éste nos permite que esté en buen estado durante 3 meses.

-Cómo descongelarla: los expertos aconsejan que sea lentamente, nada de microondas. Para eso hay que retirarla del freezer la noche anterior y colocarla en la parte baja del refrigerador. Luego, se añade en un recipiente con agua tibia para que se empareje la temperatura. Además, debe agitarse para que se vuelva a unir la grasa con el suero. Si tienes apuro por descongelarla puedes hacerlo en Baño de María o bajo un chorro de agua. Luego, tendrá una utilidad de 24 horas, siempre que no haya tenido contacto con la boca del pequeño. Otro punto por tener en cuenta es que jamás debes volver a congelarla, aún cuando no se haya descongelado completamente.

-En el empleo: por último, una vez que comiences a trabajar habrá momentos en que deberás sacarte leche, si no quieres producir menos cantidad. Lo ideal es que no pasen más de 4 horas sin extraerla. Trata de que te ofrezcan una nevera en el empleo o puedes conseguir una bolsa térmica con barras de frío para guardar el recipiente con tu leche. Recuerda que, así, puede mantenerse bien hasta 12 horas.