Sueño, alimentación y desarrollo sano

Es común escuchar padres preocupados por la salud mental de sus hijos, su desarrollo, su inserción social y su capacidad para aprender. Menos común es, sin embargo, escuchar relatos acerca del sueño, la alimentación y otros hábitos físicos que son claves para la salud mental.

Comer y dormir son dos hábitos sobre los que se asientan muchos comportamientos y dos rutinas que sientan las bases para la puesta de pautas y límites que orientan el desarrollo sano de los chicos.

A pesar de la radical importancia que el sueño tiene para el desarrollo sano de niños y adolescentes, pocos padres, docentes y adultos asumen pautas responsables de orientación que consideren la necesidad de sostener buenos hábitos en relación al dormir. En la actualidad existen comportamientos que atentan contra el dormir y el comer: chicos que duermen en la cama de los padres, menores que tienen televisión en el cuarto, rutinas tardías en casa que posterga la hora de dormir, chicos que lloran al momento de dormir y son acompañados por sus padres durante horas, gaseosas y otros productos “light” en cumpleaños infantiles, patitas de pollo, papas fritas, comidas rápidas, caramelos, chocolates, etc.

En su libro Take Charge of your Child´s Sleep, Judith Owens y Jodi Mindell señalan diez razones por las cuales cuidar el sueño nocturno de los chicos es indispensable. Entre ellas se destacan:

-    Chicos que no duermen familias que se estresan. Cuando los chicos no duermen los padres sienten, inmediatamente, el impacto de la falta de sueño infantil. Toda la casa comienza a girar en torno de la falta de sueño, los adultos se vuelven irritables y pierden capacidad de rendimiento durante el día siendo ello algo que incrementa sus niveles de estrés y ansiedad.

-    Dormir es indispensable para que los chicos funcionen de acuerdo a su potencial. La pérdida de sueño durante la noche o el dormir menos horas que las necesarias facilita la somnoliencia diurna. La somnoliencia diurna disminuye los niveles de atención y motivación frente a situaciones de aprendizaje y tiene impacto negativo sobre el ánimo y el humor tornando a los chicos más irritables y menos tolerantes.

-    La falta de sueño impacta sobre el desarrollo socioemocional de los chicos. Dormir poco afecta la salud física, emocional y social de los chicos. Los chicos con alteraciones en los patrones de sueño tienen más tendencia a presentar problemas de sobrepeso y se vuelven más vulnerables para patologías cardiovasculares, inmunes y metabólicas. Asimismo, la falta de horas de sueño adecuadas puede impactar sobre la capacidad que tienen los chicos de regular sus emociones y establecer vínculos sanos con sus pares.

Dormir y cuidar el buen dormir de los chicos forma parte de la amplia gama de comportamientos que se asocian a  la paternidad responsable. Los chicos deben dormir. Los padres debemos cuidar su sueño. Para ello Owen & Mindell sugieren:

-    Pon el sueño de tus hijos entre tus prioridades.

-    Favorece el sostén de hábitos de sueño regulares, trata de sostenerlos incluso durante los fines de semana dentro de lo posible.

-    Acondiciona el cuarto de tu hijo para que sea una instancia que invite al descanso, cuida la luz, la temperatura y el ruido.

-    No (nunca) dejes que tu hijo tenga televisión en el cuarto. Es un hábito terrible corriente en nuestra época.

-    No dejes smartphones, tablets, computadoras y otros dispositivos prendidos en el cuarto de tu hijo a la hora de dormir.

-    Aleja de los momentos de sueño aquellas bebidas y comidas que pueden alterarlo (como las gaseosas con cafeína por ejemplo).

-    No dejes que tus hijos duerman en tu cama.

-    Respeta sus siestas.

La salud socioemocional está atada a la salud física y la salud física a hábitos de sueño y alimentación. Cuidar cuánto y cómo duermen nuestros hijos es abrir una ventana a su futuro.

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