¿Por qué tu cuerpo es distinto al mío?

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Todos los niños, desde temprana edad, conviven con el registro de su cuerpo y el de los otros. A medida que van creciendo advierten la fisonomía de las mujeres y de los varones, sus similitudes y sus diferencias, así como la transformación de su propio cuerpo a través del tiempo hasta convertirse en adultos.

En épocas anteriores se sostenía que la sexualidad comenzaba a partir de la pubertad y desde ese allí se restringía a los niños todo acceso a la información. Se evitaba el tema delante de ellos y, por lo tanto, se les dejaba muy solos en su desarrollo.

Ahora se sabe que la sexualidad no inicia con la vida reproductiva, sino desde el día en que uno nace y termina hasta la muerte. La sexualidad humana tiene su base en la afectividad y la sociabilización; es decir el vínculo con el otro y los otros.

Desde recién nacido el bebé tiene los órganos sexuales desarrollados, por ello se puede diferenciar el niño de la niña. A partir del primer año de vida -e incluso antes-, el pequeño comienza a demostrar interés por los otros niños aunque no logra relacionarse. Comienza a reconocer su cuerpo y sus sensaciones de placer.

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De los dos años a los tres años descubren las diferencias entre los hombres y las mujeres, reconocen las diferencias anatómicas y legan las preguntas al respecto, registran que los varones tienen pene y las mujeres tienen vagina, esto despierta su curiosidad, como así también las diferencias entre sus cuerpos y el cuerpo de los adultos. Se miran, se comparan, preguntan"¿Qué es eso?", ¿Qué tienes ahí?", etcétera.

De esta manera llegan a los tres o cuatro años, descubriendo las distintas partes corporales, más aún las íntimas. Al mismo tiempo aparecen algunos de los llamados juegos sexuales: espiar, tocar al otro, entre otros ejemplos, así como más preguntas: "¿Por qué tú tienes eso y yo no?", "¿Cómo se hacen los bebés?", "¿Por qué se besan?", "¿Por qué mamá y papá están desnudos a veces?".

En las respuestas se tratará de definir las partes del cuerpo, señalando las diferencias anatómicas. Esto es: los niños tienen pene, las niñas vagina. A medida que los nenes van creciendo su cuerpo va cambiando, de niño a hombre y de niña a mujer. Hay que aprovechar la oportunidad de comenzar desde pequeños a trabajar con la aceptación del cuerpo, del cuidado y el respeto que éste merece, tanto el propio como el ajeno.

Cada pregunta abre a una conversación, recuerda que es importante dejarse llevar por las inquietudes de tus hijos.

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