Chicos ansiosos, padres desorientados

De alguna manera, en mayor o menor medida, todos tenemos motivos que nos generan ansiedad. Y cada quien lo maneja como puede; algunos fuman, otros se comen las uñas, algunos van al gimnasio todos los días y otros llaman a sus parejas cada 2 minutos.

A los niños también les sucede, en especial en las etapas de crecimiento. Pero a los padres nos cuesta interpretarlos y distinguir si se trata de algo preocupante o son momentos de la vida que van pasando, como tantos otros. Por eso, muchas veces nos dejamos estar y ni siquiera llegamos a hacer una consulta, cuando en realidad en ciertos casos es primordial.

La licenciada Andrea Baldantoni, que trabaja en el centro de estudios del estrés y la ansiedad Hémera, lo explica de esta manera: "La ansiedad está relacionada con los recursos que uno tiene para hacerle frente a la demanda del afuera. Cuando estás ansioso te sientes indefenso o vulnerable. Y esto se puede aplicar a cualquier situación de la vida cotidiana". Y agrega que es normal que un niño esté ansioso en determinados momentos de su crecimiento. Se consideran parte del desarrollo evolutivo normal. "Pero hay veces que esta emoción persiste más allá de lo esperable. Entonces, es cuando estos síntomas se vuelven excesivos", aclara.

-¿Qué tipo de cosas pueden generarle ansiedad a un niño?

-Hay miedos que son esperables. Por ejemplo, cuando comienzan la escolaridad.
Por otra parte, muchas veces son modelos con los que se educan, ya que hay muchos padres que también son bastante ansiosos.

-¿Cómo nos damos cuenta de que algo fuera de lo común le está pasando a nuestro hijo?
-Es cuando la ansiedad se intensifica y le trae malestares en su vida cotidiana (por ejemplo, reacciones de llanto y angustia desmedidas ante la separación de sus padres, miedo excesivo a la oscuridad o a los animales, timidez muy marcada…). Ahí podemos considerar que estamos frente a un trastorno de ansiedad.

-Si no se soluciona, ¿puede perjudicarlo?
-A veces los padres no le dan demasiada importancia al problema. Creen que es una forma de llamar la atención de los niños. Sin embargo, los últimos estudios que se hicieron dan cuenta de que, cuando el problema no se soluciona, los chicos pueden tener mal desempeño en la escuela, cuentan con menos habilidades sociales desarrolladas y están más vulnerables al abuso de sustancias como drogas o alcohol. Asimismo, corren el riesgo de que, de adultos, pueden llegar a tener depresión o trastornos obsesivos compulsivos (TOC). Este es un trastorno de ansiedad que tiene que ver con las preocupaciones en la infancia que no fueron solucionadas.

-¿Los deportes influyen bien o mal en la ansiedad?
-Hay que partir de la base de que el deporte es importante para el desarrollo de los chicos. La competencia genera un estrés que no todos lo sienten de la misma forma. Algunos pueden disfrutar de ese estrés y otros no. No quiere decir que sea malo, pero es importante ver de qué manera pueden canalizarlo. En esto tiene mucho que ver la mirada de los padres, porque los niños quieren cumplir con los mandatos. Los de baja autoestima son los que más se estresan porque tienen miedo a la evaluación.
Por otra parte, el lugar del entrenador también es fundamental. Ellos son responsables de que los chicos la pasen bien y de enseñarles a que más importante que el resultado es poder disfrutar de la experiencia.
Creo que lo correcto es elegir cuál es el deporte indicado para cada chico.

-¿Cómo debemos actuar los padres cuando nuestro hijo esta ansioso?

-Es imprescindible contenerlos y acompañarlos antes que darles consejos. A veces, los consejos cierran canales de comunicación porque los chicos sienten que no pueden cumplir con ellos. Entonces, hay que escucharlos, ofrecerles espacios para la comunicación....
Pero si la preocupación es elevada, lo mejor sería hacer una consulta con un profesional.

-¿Se puede curar el trastorno de ansiedad?
-Si, se puede curar pero es muy importante hacer un trabajo de prevención. Ese trabajo tiene que ver con la educación emocional. Enseñarles a los chicos a reconocer sus fortalezas y sus debilidades, para que puedan convivir con ellas de la mejor manera posible.

-¿Un niño ansioso es un futuro adulto ansioso?
-La ansiedad es parte de todos. A algunos les afecta más que a otros. Pero es fundamental aprender a manejarla para que ella no nos maneje a nosotros.