Caprichos y berrinches

Seguramente para todos los padres su hijo es lo más preciado en el mundo; y para esos pequeños, sus padres son su marco referencial, la presentación del mundo.

Es por ello que la modalidad de crianza que optemos como adultos tendrá grandes consecuencias en ellos y si bien no hay una única manera de desarrollar saludablemente la maternidad y paternidad, hay posiciones que favorecen u obstaculizan la misma.

En este sentido, uno de los temas centrales en la crianza es el tema de límites.

Cada niño se manifiesta de diferentes maneras en la búsqueda de su autonomía, en el intento de ir más allá del otro y fundamentalmente de sus padres. Algunos presentan oposición frente a sus palabras, a sus límites y prohibiciones. Aparecen allí los caprichos, las peleas, los desencuentros.

Lugar de los padres:

Una de las responsabilidades de los padres frente a la crianza de los hijos es ejercer la autoridad, entendiendo como tal la inclusión de su palabra y su mirada en relación a rutinas, relaciones afectivas, normas a cumplir, orden en los roles familiares, claridad en el lugar singular de cada uno, modalidad de interrelación, con el fin de lograr una convivencia con el otro, que sea saludable, armoniosa, enriquecedora. De eso se trata en última instancia la concepción de lo social.

Frente a ello hay diferentes respuestas de cada niño: habrá quienes se adapten con mayor facilidad a las normas y habrá otros que resistan a aceptarlas y a cumplirlas.

Es allí donde los adultos deben sostener las normas establecidas, el límite impuesto que dice: "no todo es posible" sin retroceder a causa del facilismo o falso amor.

Para trabajar productivamente en la inclusión de las normas o límites podemos hacer uso de ciertos recursos:

- Desvío de atención: se trata de llevar la atención del pequeño hacia otro lado que el "conflictivo".

- Negociación: es decir incluir un lugar intermedio entre la posición del pequeño y la nuestra.

- Fundamentación: intentar que nuestro hijo comprenda el límite para que responda a él.

- Premio y Castigo: brindarle a nuestro hijo premios al aceptar normas y castigos cuando no.

- Ejercicio de Autoridad: se trata de una intervención clara, segura, que incluye las normas y los límites esenciales para el desarrollo del pequeño, que logra sostenerlo frente a posibles desacuerdos y finalmente su cumplimiento con el uso de uno o más de los recursos anteriores.

Seguramente si el entorno afectivo que rodea lo cotidiano del niño brinda seguridad y contención, el camino será mucho más sencillo de lo que parece.