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Cómo hacer un café turco con increíble sabor

¿Te gustaría probar un café turco? Pues antes de que compres un boleto a Turquía, debes saber que es muy fácil prepararlo en la comodidad de tu hogar. A continuación te explicamos cómo hacerlo. ¡Prepárate para deleitarte!

En Turquía sí saben cómo hacer un buen café. Foto: Thinkstock
En Turquía sí saben cómo hacer un buen café. Foto: Thinkstock

La herramienta principal

Para preparar tu café turco necesitarás un ibrik, que es un pequeño traste de cobre o bronce que tiene un cuello estrecho en la parte superior. A veces, los ibriks pueden ser comercializados como calentadores de leche. Sin embargo, desde hace cientos de años, han sido la principal herramienta para preparar esta bebida en las culturas árabes y turcas, como explica el sitio de cocina The Kitchn.

Diferentes tipos a escoger

Este café puede gustarle a un amplio número de personas, ya que hay varias versiones que puedes preparar, y cada una varía de acuerdo a la cantidad de azúcar que le echas. De esta manera, aunque tus amigos prefieran los sabores fuertes o dulces, podrás ofrecerles una bebida hecha a su gusto. Las versiones, de acuerdo con el portal culinario Epicurious, se dividen de la siguiente manera:

- Sade: que es sin azúcar.

- Az Sekerli: que lleva 1/2 cubo de azúcar.

- Orta: que lleva 1 cubo de azúcar.

- Sekerli: que leva 2 cubos de azúcar.

Manos a la obra

Ahora que ya estás lista para probar esta bebida, te compartimos la siguiente receta publicada en el sitio de cocina Serious Eats. Verás que con solo realizar estos seis pasos, lograrás un café turco increíble.

1. Muele tu café hasta dejarlo muy fino, procurando que quede incluso más suave que cuando está solo desmoronado. Si no tienes un molinillo especial para este café, puedes triturarlo, de manera que quede un polvo más fino que el del expreso.

2. Añade el café y el agua al ibrik. Es más fácil si combinas el café y el agua fría al comienzo del proceso en lugar de añadirlo conforme esta última se vaya calentando. Para las cantidades, echa 2.5 gramos de café (0.08 onzas) por 1 onza de agua (0.02 litros). Recuerda que no debes llenar el ibrik hasta el tope.

Nota: Si quieres agregarle azúcar y especias, este será el momento de hacerlo. Puedes echarle azúcar a gusto y 1/8 cucharadita de cardamomo, si lo deseas. Después, revuelve hasta mezclar todo. Esta será la única vez que revolverás el líquido.

3. Calienta lentamente el café. Muchos piensan que esta es la parte que le daría a la bebida su sabor especial. Por eso, comienza con el café frío, y caliéntalo a fuego lento hasta que casi alcance el punto de ebullición.

4. Quita el traste del fuego (vigila bien esta parte, por que si lo dejas demasiado tiempo el agua podría hervir de más y derramarse fuera del ibrik). Deja que se enfríe por unos 20 segundos.

5. Colócalo de nuevo en el fuego y deja que se acerque al punto de ebullición otra vez. Nuevamente, retíralo y deja que se enfríe. Puedes repetir este paso una tercera vez, si lo deseas. Solo cuida que no se pierda la espuma que se habrá formado en la parte superior del café. Por último, déjalo enfriar por un momento antes de servir.

6. Sírvelo en tazas pequeñas y curvas, como las del expreso o incluso más chicas. Busca que la espuma en la parte de arriba se vea bien cremosa, ya que eso es lo que indicaría la calidad de la infusión. Por último: ¡disfruta tu bebida! Y solo recuerda no beber los granos de café que queden en el fondo de tu taza.

Ahora que ya sabes preparar esta infusión, disponte a disfrutar de una manera diferente tu café matutino. Tal vez te guste tanto, ¡que no quieras volver a tomarlo de otra forma!