¿Cuánto sacrificio puede hacer un padre?

No hay dudas de que el arribo de un hijo a la vida de un hombre revela sus sentimientos más íntimos, únicos e irrepetibles. Ese encuentro con nuestra continuidad en este mundo, despierta también nuevas formas de comprender y vivir la vida. Quizás el sentimiento de un padre hacia su hijo es la única manera que tiene para expresarse el amor verdadero. En el sentimiento por un hijo anida la incondicionalidad.

La palabra “papá” escapada por primera vez de la boca de un hijo logra transformarnos para siempre.
La palabra “papá” escapada por primera vez de la boca de un hijo logra transformarnos para siempre.

Al nacer un hijo todos los padres tenemos la oportunidad de experimentar en carne propia el valor que tiene una vida distinta a la nuestra. Y a veces las pruebas son demasiado difíciles y somos los primeros en asombrarnos al ver el sacrificio que estaríamos dispuestos a realizar por ellos, en cualquier momento.

Hace algunos años, en momentos que todo el interés mediático estaba concentrado en el mundial de fútbol “Sudáfrica 2010”, se conoció la noticia de que el portero (arquero) de la selección australiana abandonaba el evento deportivo más popular del mundo para estar junto a su hijo pequeño. A Brad Jones se le había comunicado que su pequeño de 4 años tenía leucemia. Ese padre iba a renunciar a su mayor oportunidad como futbolista —quizás fuese la única—, para acompañar a su hijo.

La paternidad seguramente nos vuelve a los hombres en algún sentido más vulnerables, pero al mismo tiempo nos dota de una fortaleza inigualable cuando debemos priorizar el amor hacia un hijo.

También las noticias internacionales nos han hecho llegar una historia conmovedora hace poco tiempo. Un ciudadano libanés llegaba con su esposa e hijo de tres años a una parada de autobús. Inmediatamente Qasim Hatoum se percata que junto al transporte lleno de pasajeros se encuentra un terrorista suicida a punto de inmolarse. En un acto de heroísmo excepcional el hombre le entrega su niño a su esposa, los aparta y se lanza sobre el atacante justo en el momento en que el asesino accionara la bomba que llevaba consigo. El valiente padre no pudo evitar la explosión y perece junto a otras 5 personas, pero al amortiguar la detonación con su propio cuerpo logró salvar a su pequeño hijo y a su esposa de una muerte segura.

La palabra “papá” escapada por primera vez de la boca de un hijo logra transformarnos para siempre. Quizás ese haya sido el inicio de un relato inspirador entre un padre y su hijo ocurrido en Australia, que originara un video emocionante y que tuvo millones de visualizaciones en internet.

Un día un muchacho que había nacido con parálisis cerebral —la discapacidad fue adquirida al momento de nacer por falta de oxígeno a su cerebro —, le pregunta a su padre sexagenario: “Papá, ¿harías un equipo en el Ironman conmigo? Es todo lo que ese padre necesitó para responder con un “sí” rotundo. En una de las acciones de superación personal pocas veces filmadas, Dick Hoyt y su hijo se inscribieron en la competencia física y mental más exigente: El Ironman consiste en recorrer 4 km a nado en el mar, 180 km ininterrumpidos en bicicleta y 42 km de carrera a pie. Ambos recorrieron el circuito en casi 17 horas de esfuerzo de un padre dispuesto a no poner límites al amor hasta llegar a la meta, cumpliendo así el deseo de su hijo.

En febrero de este año Daily Mail, el segundo periódico más leído en el Reino Unido, publicó una historia que se inscribe también en la decisión de unos padres por hacer todo a su alcance por sus hijos. En este caso la pareja de Tanya y Adam Phillips tuvo una hija con una marca de nacimiento que ocupa toda su pierna derecha. Anticipando que su pequeña de 18 meses Honey-Rae podría sufrir en el futuro de algún tipo de discriminación por la presencia esas manchas en su piel, decidieron tatuarse las mismas marcas en el mismo color y lugar que la tiene su hija.

Los Phillips, mostrando sus tatuajes con su hija
Los Phillips, mostrando sus tatuajes con su hija

Es indudable que estos casos son nada más que ejemplos que han logrado tener difusión de entre los millones de actos de amor que día a día tienen lugar y que no trascienden, sobre el tesoro de la paternidad.