Nueva categoría de hombres: los apetecibles DILF

Hace años que algunos hombres pertenecen a una categoría singular. Nunca antes se había puesto nombre al conjunto de padres que tienen una particularidad que a las mujeres les resulta sumamente sexy.

Como si fuera una acción que precede a su denominación, una situación que sucede hace tiempo y a la que nadie le ha dado nombre todavía, han surgido los “DILF”. Este apodo sirve para retratar a los papás que, a pesar de su edad madura se mantienen en forma y lo suficientemente deseables para levantar suspiros femeninos.

Ya era conocida la denominación de MILF, que son las siglas de “Moms I´d Like to Fuck” que en español significa “mamás con las que me gustaría tener sexo”. El término se acuñó a instancias de la película American Pie hace ya 15 años. En 1999 se pudo ver en la pantalla grande del cine, al personaje de Jeanine Stifer, la sensual madre encarnada por la actriz Jennifer Coolidge, una pulposa “mamita” que también participó en las dos versiones posteriores del film.

Tanto fue el éxito de las MILF que la industria del cine porno tomó el fenómeno y dio origen a un género en sí mismo, que produce gran número de películas por año.

Así como se estableció la expresión MILF y se hizo eco en todos los rincones del mundo, ahora salen a la cancha los DILF (“Dads I´d Like to Fuck”). Y no es que antes no existieran, lo que sucede es que en la solapada lucha de géneros la pulseada estaba siendo ganada por las mujeres. Ellas lograron que la condición de madres y una añorada lozanía no fueran impedimento para seguir rompiendo corazones, ahora de los más jóvenes.

El universo masculino no podía darse el lujo de quedar atrás y, sirviéndose del éxito logrado por las MILF, abrió una nueva oportunidad para los más maduros que, siendo padres, tenían la juventud archivada.

Se ha descubierto un mundo nuevo para los que a pesar de considerarse ‘retirados’ volvieron a tomar su rutina de ejercicios y retornaron recargados a la tierra de los apetecibles. Volvieron al campo de la conquista, aunque más no sea platónica, un amor tanto ideal como imaginable, un ente tan intangible como perfecto.

Los hombres con hijos y con algunos años debemos tomar esta posibilidad novedosa como un regalo pero también como un reto, y así enrolarnos en las filas de los DILF. Ahora los hombres somos los que nos equiparamos con las mujeres, quienes nos habían sacado ventaja en estas cuestiones.

Seguramente seguiremos viendo en los parques de juegos para niños a padres cargando biberones y juguetes, llevando en brazos o sobre sus hombros a sus pequeños hijos. Esa ternura que sienten las mujeres que observan a un hombre jugar cariñosamente con sus retoños ya tiene un nombre y se está imponiendo: Son los DILF… y aparentemente son irresistibles.

¿Qué te parece? ¿Conoces alguno?

@Sebas4nier

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