Anuncios

La primera novia, esa enemiga

Los que conservamos buena memoria, recordamos la época en que se despertaron nuestras hormonas, cuando una presencia cercana producía cosquillas en nuestro estómago. Comienzan a formarse relaciones pasajeras e inocentes. Aparecen novias, amigovias, enamoradas, amigas con ciertos derechos… Es el claro momento en que dejas de coleccionar figuritas de superhéroes e incorporas en reemplazo caminatas de la mano, ya sea a tomar un helado por el barrio, o simplemente dando eternas vueltas por el patio del colegio.

El primer amor verdadero es un recuerdo que nos acompañará toda la vida,
El primer amor verdadero es un recuerdo que nos acompañará toda la vida,

Entre los 12 y los 16 años conservábamos esa arcaica ceremonia de acercarnos a la chica que nos gustaba para intentar caerle simpático, conversar un rato, bailar toda la noche y si era posible robarle un beso suave, cándido, idealista. La adolescencia es un período en los que las mujeres nos asustan un poco y cuesta vencer el vértigo de aproximarse a la que más nos gusta y en ese momento, jugártela el todo por el todo.


“Tú me gustas y quiero saber si yo te gusto…” Atracción y ataque. Tartamudeo y atrevimiento. No hay reglas, nunca la ha habido, pero si hacemos memoria entenderemos cómo fue que arribamos exitosamente al alma de nuestra primera novia.

En definitiva terminamos actuando seguros de nosotros mismos, aunque esa firmeza haya durado unos posos segundos. Pensamos lo que teníamos que decir una y mil veces. Le dimos vueltas, ensayamos cientos de formas de decirlo, entonaciones, posturas. Que el estilo no sea ni muy descuidado ni muy formal. Intentamos mostrar un costado tierno pero dejaremos claro lo macho que somos. Nunca sale tal cual lo pensamos así que siempre habrá lugar para la improvisación.


En el cierre de la operación, para salir triunfante, deberemos recordar de no hace nada estúpido, ni payasesco. Si la vida fuera una comedia adolescente de esas que vemos por televisión, este será un momento en donde no deberás hacer el ridículo. Prohibido cantar, bailar, llorar, amenazar, sobornar. No hacer nada patético ni indigno de lo cual arrepentirnos.


Quizás la hayas podido sorprender con algo ingenioso, demostrarle que contigo la vida será más entretenida. Un regalo simbólico funciona bien y si hacerla reír, es contar con gran parte del camino realizado.


Todo esto lo habrás hecho por primera vez, lo hemos hecho la mayoría de los hombres, y cada segundo pareciera que ha durado una eternidad. Dejará en ti huellas, experiencias, vivencias y nuevos aprendizajes. No son pocas las personas que han apreciado a cabalidad a su primer amor pues no tenemos con quién compararlo más que con lo que vemos en TV, y a esa edad no podemos creer que hayamos encontrado en la vida real a alguien que acepte que nos parecemos a los galanes de las películas.


Creemos que un día daremos nuestro primer beso y al siguiente figuras en la cama mirando el techo mientras fumas un cigarrillo. Será mejor seguir pensando que la vida es una comedia adolescente y no una película porno. El momento llegará, para cada cosa hay un tiempo, sin intentar apurarlo.


Por supuesto que son contados con los dedos de una mano los casos en que el primer noviazgo termina en matrimonio. Por lo tanto comenzarás a prepararte para el momento en que la relación termine, ya sea que lo corte ella o la decisión de separarse sea tuya. Todo lo que hayamos vivido en el noviazgo será aprendizaje para lo que sigue. Pero, ¿el primer amor se olvida?

El primer amor verdadero es un recuerdo que nos acompañará toda la vida, es uno que habrá quedado marcado y por más que queramos mostrarnos indiferente a él, su impacto perdurará por siempre. Porque tanto para hombres como para las mujeres aquel amor es con el que fueron capaces de compartir emociones nuevas, tristezas inéditas, alegrías a estrenar, y por el que derramaron las primeras lágrimas sentidas.


¿Cómo competir contra ese amor primigenio, puro y excitante? Imposible. Las mujeres siempre verán en el primer amor de su pareja un enemigo silencioso e invisible. ¿Para qué la necesidad de pelear contra un fantasma omnipresente? Porque la óptica podría ser bien distinta. Y es que gracias a ese primer amor y la experimentación con otra persona, la conexión con el hombre que ahora amas será es verosímil. El camino que se emprendió allá lejos y hace tiempo es el que ha conducido a la novia actual, al amor de estos tiempos.


Ahora bien, la dama que ocupa momentáneamente nuestro pensamiento deberá hacer méritos suficientes para ocupar un lugar en nuestro corazón, lo más próximo posible al de nuestra primera novia. Eso significa estar cerca del podio y del lugar de coronación.

¿Qué te parece?

También te puede interesar:

Ejercicio de a dos, mucho mejor
Infidelidad masculina. Ellas ya lo saben
A favor de la intuición femenina o la brujería