¿Puedes cansarte del sexo?

Después de un día largo de trabajo y el agobio propio de la vida agitada, la probabilidad del sexo apasionado y sensual parecería estar quedando rezagado en el listado racional de las prioridades personales.

Esta tendencia que arroja el ritmo de vida alocado que nos supera, no solo afecta los vínculos amorosos sino que mete su cola en la salud, porque una vida sexual armónica y consuetudinaria es parte de los beneficios que tiene la salud para uno mismo.

¿Puede uno cansarse del sexo?
¿Puede uno cansarse del sexo?

El cansancio tanto mental como físico afectan directamente a la actividad sexual; todo encuentro íntimo requiere de un mínimo de energía para gastar, más allá de la performance que se tenga y por supuesto demanda un grado mínimo de concentración, que cuando el cerebro no está en armonía y equilibrio, hace imposible la conexión entre los amantes.

Por lo tanto, es frecuente que se admita que ya hace un tiempo que la predisposición para generar encuentros y para alimentar fantasías se haya resentido, decaído.

Si tomáramos al acto sexual como un ejercicio (de hecho es un notable ejercicio cardiovascular, que además quema 5 calorías por minuto entre los hombres), le podríamos aplicar las leyes que la ciencia utiliza como pautas para mejorar el rendimiento del atleta en su entrenamiento y acondicionamiento.

Según algunos especialistas el mejor horario para hacer ejercicio es por la mañana, no al despertar cuando en el organismo femenino no está todo dispuesto, la hormona el sueño muy alta y la temperatura corporal muy baja. Diferente sucede en los hombres, momento en que las hormonas sexuales están totalmente disparadas y sin control.

Pero este asunto es de a dos, entonces deberíamos esperar a las 9 de la mañana, que es cuando el organismos se encuentre preparado para entregarnos un buen “workout” ya que está en curva ascendente de energía que beneficia la quema de calorías extra. En el mismo sentido, los expertos en deseo sexual coinciden en que los biorritmos eróticos tanto de hombres como de mujeres encuentran un momento espléndido para encontrarse entre las sábanas alrededor de las 9 de la mañana. ¡Bingo!

Aparentemente el nivel de endorfinas puede llegar al máximo, lo que aumenta la excitación de ellas y los valores de testosterona en los hombres estarán un 50% más elevados que en el resto de la jornada.

A la hora de la siesta parecería que se encuentra una nueva curva de rendimiento sexual ya que se halla otra coincidencia referida al vigor y a la intensidad del deseo. Investigaciones recientes indican que en general, el trastorno de la disminución del deseo sexual afecta tanta a la población femenina como a la masculina, aunque estas últimas son las que alcanzan una cifra máxima que ronda el 33%

En muchas ocasiones un cuerpo cansado física y mentalmente no admitirá, caricias, abrazos o masajes por temor en que estos desemboquen en una relación sexual no apetecida y como consecuencia de ello la pareja se sienta defraudada.

Una decisión saludable será ante todo intentar dormir las horas que el cuerpo necesite para reponerse. Generar un cambio de perspectiva y darle valor a la espontaneidad y a la creatividad que logre disparar alocadas fantasías eróticas.

También tener en cuenta que la realización de una actividad física frecuente mejora también la vida sexual. Por eso. Tal cual lo indica el Boston Medical Group, la erección del órgano sexual masculino se logra a través de la respuesta vascular; y correr (deporte aeróbico), sirve a que ese proceso natural se optimice y sea aún más satisfactorio.

Si los síntomas de desgano y cansancio y desinterés sexual persisten no hay que temer acordar una consulta con un especialista para orientar la solución.