Sexo sin orgasmo

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¿El orgasmo en la mujer es imprescindible? Definitivamente no. Sin embargo, hay un gran mito al respecto, que se ha encargado de fijar en nuestras mentes que para gozar hay que gritar, gemir y moverse frenéticamente (como aquel orgasmo fingido en "Cuando Harry conoció a Sally").

Muchas mujeres se sienten disminuidas cuando el tan deseado y a veces idealizado orgasmo no llega e incluso exigidas por sus parejas, que entienden que para ser buenos amantes deben hacerlas "culminar". Pero un orgasmo está lejos de ser una explosión de sentidos, es solo un reflejo que produce algunas contracciones -que duran muy pocos segundos- en las paredes vaginales .

Por eso es bueno saber que un encuentro sexual puede ser muy placentero y disfrutarse mucho recorriendo toda la superficie de nuestra piel, sin reducirlo a los genitales. Por supuesto que es también importante tener un partenaire (colaborador) a quien podamos solicitarle las caricias y la presión que necesitamos. En el sexo, querer adivinar qué necesita mi partenaire genera muchos malos entendidos. Por eso es importante conocer el propio cuerpo, animándose a recorrerlo, mirarlo y acariciarlo, y aprender las señales placenteras que él nos devuelve.

¿Qué ayuda a concretar un buen sexo?


Encontrar tiempo suficiente para hacer el amor sin apuro es fundamental para mantener un buen nivel de pareja. Luego de los primeros años de convivencia y a veces después de la luna de miel, la sexualidad queda relegada, olvidada, no tienen “tiempo libre” y no logran salir del ritmo agotador de una agenda llena; por ende, no tienen tiempo para estar juntos. Seguramente en esta situación tampoco tendrán buen sexo.

¿Por qué no planificar una salida de fin de semana solos?


Mínimas variaciones como cambiar de posición coital, compartir una bañera de espuma, dar masajes sensuales, un salto de cama sensual, ropa interior sexy o un perfume, pueden ser disparadores sexuales y, al igual que las feromonas, incitar e intensificar el placer.

Siempre es útil compartir fantasías, juegos, caricias, cambiar posturas, lugares y momentos y, fundamentalmente, divertirse y confiar. El menú sexual es muy amplio y variado pero eso sí: importa mucho pedir, pero también saber dar, así este "ida y vuelta" se enriquece y la posibilidad de disfrutar se acrecienta enormemente.

Nunca te olvides que el objetivo final del sexo no es el orgasmo, sino un camino hacia el placer, una experiencia íntima con el otro, que merece ser tratada con cuidado y respeto.

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