Sexo con panza

Las dos rayitas te anunciaron que estás embarazada y que una nueva etapa comenzaba en tu vida. Poco a poco, fuiste cambiando tus hábitos en pos de la salud del bebé que está en camino: comes más sano, duermes un mínimo de ocho horas y dejaste de hacerte problemas por esas cosas que no valen la pena. Todo muy lindo hasta que llega la hora de la intimidad con tu pareja y ante el miedo de hacerle algo a tu hijo, prefieres reservar las noches de amor para más adelante. ¿Por qué privarte de esto?

Sexo con panza - Thinkstockimage
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Las posibilidades a la hora de la cama son infinitas. Algunas mujeres cuando están embarazadas se sienten mucho más "sexuales" que antes, porque el cuerpo está en plena revolución hormonal. Uno de los efectos del aumento de estrógenos es el incremento del flujo sanguíneo, particularmente en la zona pélvica. La vagina y los labios suelen hincharse un poco. Esto normalmente sólo se produce en los momentos de excitación sexual, hace que las terminaciones nerviosas estén más sensibles y que por eso se llegue más rápido al clímax. Al aumentar el flujo sanguíneo, las secreciones son más abundantes y le permiten a la mujer estar preparada para la penetración más pronto de lo que lo está habitualmente y alcanzar el clímax con bastante rapidez si su clítoris es estimulado simultáneamente. Además, las relaciones se viven de manera más relajada y espontánea porque no hay riesgo de concepción.

Al margen de las limitaciones de la panza, tener sexo es posible y sumamente placentero. Se pueden probar otras posiciones para que la mujer se sienta cómoda. Una clásica es la mujer encima del hombre porque puede controlar su peso y la intensidad del acto sexual. Otra es la penetración de lado a lado porque se puede distribuir el peso de la pareja. Una alternativa muy utilizada es realizar el coito desde atrás, pero vaginal.

El sexo durante el embarazo puede ser riesgoso cuando:

- se sospecha o se confirma la existencia de placenta previa

- si hay sangrado vaginal o pérdida de líquido amniótico

- si la mujer sufre hipertensión arterial no controlada

- si hay antecedentes de abortos espontáneos anteriores

- después de un examen, por ejemplo, amniocentesis (análisis de muestra del líquido amniótico en donde se encuentra flotando el bebé).

- durante el último trimestre, cuando es un embarazo múltiple.

Pero las pruebas son contundentes, las embarazadas no son seres asexuados porque tengan un bebé en su vientre, ¡todo lo contrario! La panza les brinda poder, belleza y energía, sólo se trata de saber cuidarla.

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