¿Luz prendida o apagada?

La iluminación juega un importante papel en el armado de la escena sexual. Ya lo decía una vieja canción: "Y todo a media luz… qué suave terciopelo, a media luz los dos". Las luces suaves, dan un cálido tono que hace las figuras más sugerentes y, en el erotismo del encuentro sexual, nos permite jugar con nuestros cinco sentidos. Sin embargo, no todas las parejas se ponen de acuerdo en el grado de intensidad lumínica deseado para mantener su encuentro, más aún: muchas prefieren que la luz este apagada.

Thinkstockphotos
Thinkstockphotos

A veces pasa que mantener la luz apagada puede dar más confianza a algunas personas. Esto sucede cuando existen inseguridades, a veces relacionadas con problemas de autoestima, o problemas por no sentir comodidad con nuestro cuerpo o sentir pudor ante la desnudez propia o del otro. Puede pasar también en los primeros encuentros sexuales, porque con esa persona no tenemos aún la experiencia necesaria que nos genera confianza. Pero puede suceder también, sin ser necesariamente un problema, que podamos construir y desarrollar ricas fantasías en un ambiente con poca luz. No será un problema si ambos miembros de la pareja comparten este gusto.

¿Cómo está iluminada la habitación cuando hacen el amor? Es probable que, como muchas parejas, lo hagan por la noche, así que afuera estará oscuro. Lo habitual es que la única luz proceda del velador, que está en una mesita junto a la cama, o quizá del foco del cuarto de baño o tal vez hacen el amor a oscuras. Sea cual fuere la iluminación que utilizan habitualmente, les propongo un cambio. Apaguen o enciendan todas las luces. Jueguen con la penumbra o con sombras diferentes colocando pañuelos de colores sobre las lámparas o colocando velas en lugares donde normalmente no hay focos de luz. Hacer el amor, a la luz de las velas, es realmente romántico. Las figuras parecen más suaves, como vistas a través de una lente velada.

Otra posibilidad, es apagar todas las luces, pedirle a su pareja que se acueste en la cama. Después recorra su cuerpo con la luz de una linterna y mientras se va deteniendo en diferentes zonas, puede contarle que le hará en cada una de ellas.

Luz prendida o apagada es una elección, determinada por nuestros intereses sexuales, nuestras capacidades emocionales o subjetivas en relación al sexo. Lo importante es que la pareja pueda comunicarse y contar sus preferencias.

Quizás te interese:
Bloqueadores del deseo sexual
Juegos sexuales: motor del erotismo y de la sensualidad
Armando la escena sexual