Ellos también fingen orgasmos

Lic. Diana M. Resnicoff

En un mundo donde hombres y mujeres cada día se exigen más en la cama, fingir un orgasmo ha dejado de ser un escenario donde la protagonista siempre tenía nombre femenino. Aunque es cierto que el problema es más frecuente en las mujeres, más de un varón relata, por lo menos en la consulta, que él también ha fingido alguna vez en su vida un orgasmo.

¿Se puede eyacular, entonces, sin tener un orgasmo? De poder, se puede. Una encuesta telefónica aleatoria demostró que de 1.501 estadounidenses, el 48% de las mujeres y el 11% de los hombres fingen el orgasmo. Fingir el orgasmo en los hombres resulta más fácil, al usar preservativos pues la eyaculación por lo general acompaña al orgasmo.

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Los hombres pueden llegar al orgasmo sin eyacular y viceversa. Orgasmo y eyaculación son dos conceptos totalmente diferentes. La eyaculación es la emisión de semen a través de la uretra, mientras que orgasmo es la percepción conciente del pico máximo de placer en la respuesta sexual.

La anorgasmia en los varones puede ser causada por una variedad de factores: estrés, ansiedad, depresión, fatiga, culpa, miedo al dolor durante el coito, miedo al embarazo, y problemas con la pareja. También puede provocar esta dificultad el consumo de drogas, incluyendo el alcohol o los efectos secundarios de medicamentos recetados.

El hombre que lo padece, siente mucha frustración pues actúa un placer que no siente, en un escenario donde hacer disfrutar a la pareja prevalece por encima de su propio placer. Indudablemente la "responsable" de esta sobreactuación en la cama es la falta de comunicación inherente a la pareja actual y la obsesión de "tener que rendir".

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Por ello la clave está en poder decir y compartir con la pareja, qué se desea, qué gusta. Si ellos mienten y nosotras también, ¿por qué todos mentimos? Las mujeres suelen fingir para reforzar la imagen viril de su pareja y ellos para no quebrar la imagen de hombre que la mujer tiene de él y por miedo al abandono.

Fingir no es la solución. Al contrario: prolonga la disfunción. Tanto si es él como si es ella, hay que admitir que se tiene un problema para buscar soluciones. El sexo es un baile de dos, en el que el orgasmo no es el fin, sino el medio para disfrutar de la relación y de tu pareja.

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