Ser jefe, ¿te hará más feliz?

Texto: Sebastián Zírpolo

Los jefes suelen ser vistos como seres estresados, cargados de responsabilidades y con un permanente rostro adusto. Muchas veces, cuando los vemos agobiados pensamos que no nos gustaría estar en su lugar. Pero las cosas no siempre son como parecen. Además de jugosos cheques, parece que las personas que tienen mayores responsabilidades en sus trabajos, reciben también beneficios extras intangibles.

Según un estudio del Pew Research Center, las personas que desempeñan roles como jefes están más satisfechos con su vida familiar, trabajo y situación financiera.

Pero también son más felices no solo porque ganan más dinero, sino porque piensan en su trabajo como una carrera. Del mismo modo, dice el estudio, aseguran que tienen la educación y la formación suficiente para ayudarles a tener éxito y para creer que están bastante bien remunerados por el trabajo que hacen. En definitiva, son más felices a pesar del peso de las responsabilidades.

Esto le parece bastante lógico a Brian Sullivan, vicepresidente de Global Implementation de Sandler Training, una compañía que provee servicios de consultoría en liderazgo. Sullivan explica la relación entre liderazgo y felicidad por su esencia básicamente altruista. “Un jefe, un gran líder, siempre está ayudando a los demás, buscando oportunidades de crecimiento para aquellos que dirige. Y se sabe que las personas más felices son aquellas que ayudan a los demás”, dice a Yahoo Mujer.

En efecto, para Lidia Muradep, master coach de la International Coach Federation (ICF) y autora del libro Coaching para la Transformación Personal, “las personas que son jefes y tienen responsabilidades y gente a su cargo, no solo reciben un sueldo más alto y un rol más importante dentro de su organización. También mejoran su autoestima, porque les gusta tener más responsabilidades y se sienten capaces de llevarlas adelante”, explica a Yahoo Mujer. “Ser jefe no solo significa tomar decisiones o ser la cabeza de un proyecto, también implica escuchar al otro, y de esta forma se aprende y la persona se enriquece”, dice.

Esa responsabilidad, entonces, puede ser para la persona una situación de felicidad. “El buen jefe lleva su labor con alegría, compromiso, responsabilidad y disponibilidad para trabajar con gente, y para lograr eso necesita ser creativo. Todo esto eleva la percepción que tiene de él mismo y lo hace sentirse más conforme con su puesto”, añade Muradep.

Pero no todo son rosas en el camino de los jefes. Muchas veces, si las personas no se sienten capacitadas para llevar adelante una responsabilidad mayor a la que tienen, el puesto de jefe pasa a ser un motivo de menor felicidad y agobio.
“Ser jefe puede ser también un peso muy grande si la persona no tiene una buena comunicación y la capacidad de conectar con la forma de pensar de cada miembro de su equipo”, señala Muradep.

Por otro lado, aun estando conforme con su posición, ser jefe conlleva sacrificios extras que pueden transformarse en un agravante. “Ser un gran líder a menudo implica pasar mucho tiempo fuera de casa, el liderazgo es una carga adicional porque el jefe normalmente está pensando más en las necesidades de otras personas que en las propias. Para muchas personas esto es visto como un inconveniente, aunque los grandes líderes lo asumen como parte de su trabajo”, afirma Sullivan. Para sobrellevarlo, el especialista sugiere encontrar actividades que sirvan como escape a sus roles de liderazgo, como meditar, correr o escribir.
 
¿Esto significa que las personas que no son jefes son seres infelices y poco creativos? Claro que no, y la explicación es que claramente todas las personas, tengan el trabajo que tengan, son líderes en algún aspecto de su vida, ya sea como jefes de familia, o al practicar algún deporte o incluso dentro de un grupo de amigos, con lo cual el beneficio intangible de ser líder puede ser aplicado a todas las personas, en todos los ámbitos de su vida.

La clave, si la persona quiere ser líder también en su trabajo y tener un puesto que lo convierta en jefe y, así, en una persona aún más satisfecha con su vida, es transportar aquellas habilidades que lo convierten en líder en su vida cotidiana, a su oficina. “Para eso es fundamental entrar en contacto consigo mismo, conocerse y llevar sus virtudes al ámbito laboral”, subraya Muradep.

A ti, ser jefe ¿te hace más feliz?