Filtros de perfección en tu celular

por Manuel H. Castrillón

¿Somos lo que parecemos? No, para nada. Pero podríamos decir que desde hace varias décadas, la apariencia personal tiene mucha importancia. Con el surgimiento de las cámaras digitales, y programas de edición fotográfica como el famoso Photoshop, el retoque se ha hecho muy habitual. Es más, mientras que a veces es difícil distinguir entre la realidad y la alteración virtual, en otros casos el resultado termina siendo francamente burdo.

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Hay incontables artículos en la web en donde se muestran los errores monstruosos que surgen del uso del software de edición fotográficos sin conocimiento del arte. Algunos resultados llaman a la risa. Pero también son motivo de crear cuando están bien hechos ciertos códigos de belleza en la sociedad que, al menos, resultan prejuiciosos. Chicas muy delgadas, casi anoréxicas, parecieran ser el estándar a la que la sociedad tiene que aspirar. En algunos países, como en el mío, la Argentina, hay normas al respecto en que cada publicidad donde la imagen fue tratada digitalmente, debe anunciarse allí que hubo manejo de la fotografía.

Hace unos días, en una localidad de Utah, Wasatch, se armó cierto revuelo, que trascendió a medios locales e internacionales, porque en el álbum de fin de curso se habían tratado digitalmente las imágenes de las estudiantes. Se le agregó ropa donde no había (como mangas más largas o menos escotes) o borrado tatuajes. Según las autoridades educativas, las chicas estaban al tanto de las normativas en cuanto a vestimenta que saldría en las fotos. Por su parte, las estudiantes alegan que se aplicó en forma aleatoria y no a todas las alumnas. ¿Tan importante es una imagen que debe alterarse? La discusión incluso llegó a la televisión.

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Pero llegó la selfie. La autofotografía hoy hace furor. Desde príncipes, presidentes, astronautas o actores, hasta el último de los humanos quieren tomarse una imagen con su propio celular. Sin  embargo, una imagen a corta distancia puede ser también muy realista e imparcial. Todas las imperfecciones de una piel del rostro pueden aparecer en pantalla. Sin piedad. Por eso varios modelos de smartphones ya traen incorporados de fábrica, modos de toma que “limpian” artificialmente verrugas, descoloraciones, sombras de barba o marcas de acné. Todo desaparece y queda como la colita de un bebé.

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Probé el modo beauty en el celular inteligente G2, de LG, que figura como Filtro de imperfección o Beauty Shot, si tenemos la cámara en inglés. Aquí deberemos activar la cámara y hacer la toma con la frontal. Tendremos tres opciones, Normal, Filtro de imperfección o Noche. Elegimos la segunda y a la derecha aparece una línea de configuración, para retocar más o menos la imagen. No es más que eso, pero el resultado a ojos vista convertirá a un adulto mayor, como el que esto escribe, en una persona con la piel de un preadolescente. Irreal, ¿no?

Otro equipo con tecnología de este tipo que probamos es el smartphone Samsung Galaxy S4, en donde esta función se llama Belleza facial. El resultado es más o menos similar.

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Manuel H. Castrillón es periodista especializado en tecnología, residente en la ciudad de Buenos Aires. @castri2010