Atrapado en las redes sociales

¿Eres adicto a las redes sociales?
¿Eres adicto a las redes sociales?

¿Estoy atrapado en las redes sociales? ¿Soy capaz de vivir libre de interactuar con mis contactos virtuales y reales por medio de una pantalla, un cerebro electrónico y un teclado?

Soy una persona muy asidua en los salones de encuentros digitales como Facebook, Twitter y VK, sobre todo del primero de ellos. Cuando digo asidua, quiero decir que publico al día casi 100 posts originales o comparto lo que otros escriben en igual cantidad. También, como periodista que soy, leo muchos periódicos online de mi país –la Argentina– y de otras latitudes, en donde siempre encuentro novedades y otros puntos de vista diferentes de lo que piensan mis compatriotas.

Por todo esto, ante la llegada de mis recientes vacaciones anuales se me ocurrió desconectarme por completo de las redes sociales, correo electrónico, WhatsApp, celular y, en lo posible, de la TV. Claro, esto es posible y no es difícil si uno se va a veranear en medio de la pampa infinita, a una zona donde no llega señal de cuenta de datos a mi smartphone ni tampoco tenemos acceso a la TV satelital. ¿Será posible regresar a un estado de buen salvaje en una ciudad, donde la tecnología nos rodea por completo?

Inmediatamente, avisé a mis contactos y amigos de Facebook que me pensaba tomar las vacaciones y que me desconectaría por completo. De entrada, muchos que me conocen me escribieron y dijeron que en mi caso esto no sería posible. Que a las 24 horas estaría de nuevo posteando mis fotos y opiniones a las que los tengo acostumbrados y, muchas veces, supongo que también cansados. Sin embargo, mi intención era firme.

Primero que todo, el día que inicié mis vacaciones, me desconecté de las redes sociales en mi computadora, en la tablet y en el celular. Ya había arreglado mis cosas con la redacción y no debía entregar mis cosechas diarias de artículos. Hasta allí todo bien. Segundo, apagué el celular, ya que si pasaba algo serio, mis conocidos y familiares saben el número de mi teléfono de línea y podrían comunicarse allí. Resultaba entonces un equipo redundante.

¿Cuánto tiempo te puedes desconectar de las redes sociales?
¿Cuánto tiempo te puedes desconectar de las redes sociales?

Pero cometí un error. Seguí viendo los noticieros de TV. Y tenía síndrome de abstinencia por no publicar yo también en las redes sociales mi versión particular de la historia diaria. Sentía que me faltaba algo. Allí me di cuenta de que debía apagar la televisión si quería continuar con mi experimento. Total, si la cola de un cometa fuera a tocar la Tierra justo en mi barrio con seguridad mi mujer me lo diría.

Entonces seguí haciendo mi vida normal, iba a hacer las compras y sacaba al perro tres veces al día, salvo que no concurría a la redacción a trabajar como todas las jornadas ni estaba pegado a una pantalla. Eso sí, también, la amplia selección de libros que había dispuesto en mi mesa de luz para leer durante mis semanas de descanso, comenzó a desaparecer. Soy un lector ecléctico y puedo leer varios a libros a la vez. Volví con un par de títulos a esa práctica extraña y hermosa que he perdido con los años de quedarme sin dormir para terminar un volumen que me atrapa.

El síndrome de abstinencia de redes sociales pasó a los tres o cuatro días, como muchos males de amor de adolescencia. Pero luego de unas semanas volví al trabajo y me sentí raro. La gran mayoría de mis colegas en el diario son adictos a Facebook, a Twitter, a Instagram o a otros sitios. ¿Se puede ser periodista sin participar en redes sociales? La compulsión por publicar es muy fuerte en nuestro oficio. No sé si volveré a las andadas, pero por ahora sigo con mi experimento.