¿Qué son los drones y por qué están de moda?

No es tan fácil como parecería / Foto: Thinkstock
No es tan fácil como parecería / Foto: Thinkstock


Su uso se ha vuelto cada vez más popular, y muchos los han recibido como regalo de Navidad. Aunque volar es para los pájaros y para los aviones, un dron con una cámara adosada puede darnos la sensación de movernos libremente por los aires y filmar cosas que hubiera sido imposible de otra manera. Sin embargo, conviene seguir algunas reglas básicas de seguridad para evitar que su uso ponga en riesgo a terceros. Algunos de estos consejos son los que brinda la Federal Aviation Administration, la entidad gubernamental responsable de la regulación de todos los aspectos de la aviación civil en los Estados Unidos.

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Lo primero que se aconseja es no volar los drones más allá de los 400 pies de altura (unos 120 metros). Cualquier objeto a una determinada distancia del suelo posee una energía potencial que aumenta en proporción a la altura. Por la ley de la conservación de la energía, si el objeto se desploma desde una gran altura, tendrá mucha energía, por lo que si le cae a alguien en la cabeza, puede causar heridas muy serias. O peor aún.

Otra regla, no perder de vista el dron. Convendría asociarse a clubes de aficionados al manejo de estos equipos.

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Una medida importante: jamás volar un dron en las inmediaciones de un aeropuerto o de rutas aéreas. Si no se sabe cuál es la distancia más próxima a la que podemos acercar nuestro objeto volador, preguntemos a la entidad oficial que regule la aeronavegación local. Aunque no han ocurrido accidentes todavía, sí se han producido avistamientos de drones por parte de la tripulación de algunas aeronaves. Esto ocurrió en los aeropuertos de Heathrow (Londres), en el de Los Ángeles y en otros.

No conviene volar drones en estadios deportivos o en donde se producen grandes concentraciones de público. Tampoco es aconsejable volar un dispositivo que pese más de 55 libras (unos 25 kilogramos). ¿Se imaginan que le caiga en la cabeza algo con este peso, desde más de 120 metros de altura? Puede ser mortal.

Así como los aficionados al aeromodelismo llevan sus aviones a pistas lejanas, se tendría que pensar algo similar para los drones. Y tomar clases de vuelo antes de hacer despegar un dron. No es tan fácil como parecería.

Aunque pueda resultar evidente, no se debe usar un dron para espiar a los vecinos.  Esta es una regla básica de urbanismo, similar a lo que tendríamos que cumplir cuando tenemos un telescopio. Un dron es para otras cosas, como un telescopio en las ciudades es para ver las estrellas en el firmamento. Seamos respetuosos de la privacidad de los demás.

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Cumplamos con las normas relacionadas en cuanto a acercarnos a bases militares o edificios del Gobierno. Además de infringir las leyes, seguramente nos quedaremos sin nuestro dron. ¿Se imaginan, además, ser acusados de efectuar espionaje para una potencia extranjera?

Jamás volar un dron estando alcoholizado o bajo los efectos de estupefacientes.

Todos estos consejos surgen del sentido común. No olvidemos una cosa: si algo malo ocurre por culpa de nuestro dron, seremos responsables de esto ante la justicia.
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Manuel H. Castrillón es periodista especializado en tecnología, residente en la ciudad de Buenos Aires. @castri2010