¿Probadores para contorsionistas?

Hay un tema que me intriga. Si uno compra ropa tiene que probarla. Si uno tiene que probarla precisa un lugar adecuado. Los lugares habituales que encontramos en nuestros periplos de compras son a saber: espacios divididos por paneles, con puertas que casi nunca cierran bien o cuartuchos mínimos en el fondo del local que cierran con una cortina que no cierra. En algunos locales pequeños son espacios de techo inclinado, donde también se guardan la tabla de planchar y algunos elementos de limpieza y donde, con mucha suerte, hay un gancho para colgar la cartera.

Aunque unos pocos quedan todavía, lejos están los días en que todos los probadores eran cuartos cómodos, con banquetas para apoyar las prendas, varios ganchos para las perchas, espejos grandes y espacio para moverse; hoy día hay que aprovechar el espacio.

En general, y dejando de lado las pocas excepciones, los probadores tienen apenas un espejo angosto donde no nos podemos ver enteras (ni hablar si eres alta o gordita), si queremos alejarnos un poco ya estamos dentro del probador de enfrente, rara vez hay un banquito y lo que es peor, casi nunca hay una vendedora a mano para que nos escuche pedir socorro cuando quedamos retorcidas por un mal movimiento tratando de probar un jean ajustado.

No entiendo muy bien el criterio. Porque si estoy cómoda me pruebo más ropa y seguramente me tiento y compro más de lo que tenía pensado al entrar en el local. Si en cambio, mientras me estoy probando, además de estar incómoda, me despeino y transpiro y veo a tres mujeres que esperan, con cara de “Uf, ¿cuándo terminas?”, me pongo de mal humor, me apuro y me voy.

También pasa que llamas a una vendedora, le pides una prenda o un cambio de talle y la ves desaparecer en el local para no volver jamás; mientras tanto, tu que estás en calzones y corpiño mal escondida detrás de la puerta, intentas toda clase de señas para que vuelva.

Deberíamos iniciar un blog necesitamos más probadores, más amplios y mejor equipados. No pretenderíamos una bebida fresca (¿por qué no????) o chocolates pero sí un espacio para el cual no tengamos que tener aprobado el tercer nivel de un curso de contorsionismo para circo.

En el mundo existen otras situaciones, semejantes y/o diferentes:

*En los EEUU en general los probadores son tan cómodos que más de una vez pensé en tirarme a descansar o a dormir una siestita reparadora en uno de ellos, agotada de recorrer percheros.

*En Italia te miran todo el tiempo como si estuvieras decidida a desaparecer con toda la ropa del negocio, te dan un aprenda y se llevan otra con lo cual es difícil comparar.

*En una conocida cadena de Inglaterra no existen los probadores, apenas se puede amagar a probar las prendas delante de una columna espejada a la vista de todo el mundo. En esos locales es muy difícil comprar trajes de baño, pantalones y ropa interior.

*En muchos lugares de los EEUU es casi imposible encontrar alguien que te atienda por lo tanto es inevitable llevar muchas prendas y muchos talles por vez para no tener que renunciar a buscar un talle mayor de pantalones. Pero tienen la ventaja de que puedes llevarte a casa todo lo que quieras y devolver luego lo que no te gusta o no te queda bien.

*En China nadie se prueba solamente todos compran. Mucho.

¿Te parece que deberían mejorar los probadores?