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Todo por amor. ¿Todo?

Basta que las mariposas invadan el estómago de algunas mujeres para que se vuelvan incondicionales de ese otro que las ha enamorado. Por un tiempo, aunque hay quienes lo hacen eternamente, no existen límites a la hora de complacerlo. ¿¡Cómo decirles que “no” a algo si son capaces de remontarlas hasta la luna!? Razón de sobra para hacer “todo por amor” ¿o no?

¿Se vale darlo todo por amor?
¿Se vale darlo todo por amor?

Pero el exceso de amor puede ser tan nocivo y perjudicial para ti y la pareja en sí misma, como el engaño y la mentira. Una amiga decía irónicamente: “¿De qué vale morir por amor si ya estás muerta?”. Por eso, porque el amor tiene que ser sano y enaltecedor para quienes lo viven, vale la pena no perdernos de vista al experimentarlo.

En su libro “Los límites del amor. Hasta donde amarte sin renunciar a lo que soy”, el psicólogo argentino Walter Riso brinda un decálogo de consejos para que no renunciemos a amarnos al amar a otro. Aquí van:

  • Revisa tu mitología del amor de pareja y reemplaza algunos valores tradicionales (fusión/comunión, generosidad, deber) por otros más orientados a fomentar el bien común y más adaptados a nuestros tiempos.

  • Incluye en tus relaciones los “derechos humanos”. Respétate y has que respeten tu dignidad y tu integridad. Apuesta por un amor digno.

  • Flexibiliza tus dogmas: todo depende. Puede ser que un matrimonio no sea para toda la vida; no toda separación es un fracaso; el amor no lo puede todo.

  • No pierdas tiempo con quien no quiere dialogar ni negociar.

  • “No esperes peras del olmo”. No vivas aguardando un cambio que no llega. Y, tal vez, nunca llegue.

  • No te esfuerces en explicar lo obvio.

  • Comprometete contigo e intenta ser coherente: piensa qué quieres y esfuérzate por cumplirlo.

  • Practica el individualismo responsable: ama sin destruir tu yo.

  • Recuerda que eres una persona y no una cosa.

  • No practiques la victimización ni la autocompasión.

¿Estás dispuesta a dar todo por amor? Qué no entregarías jamás?