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Nada de flores y bombones

El 8 de marzo se conmemora el Día de la Mujer. Que no es lo mismo que el día de la madre, de los enamorados, si bien es cierto que en todas estas fechas tenemos un gran protagonismo. El homenaje a las mujeres en cuanto género, a diferencia de lo que traen aparejados los otros dos festejos, aún conserva una gran carga de dolor.

Qué celebrar el Día de la Mujer
Qué celebrar el Día de la Mujer

Nació como un grito contra la explotación y en homenaje a las 146 mujeres víctimas de un incendio feroz en la Triangle Shirtwaist, una fábrica de camisas de Nueva York, el 25 de marzo de 1911. Y continúa siendo la oportunidad para recordar todo lo que queda por hacer en materia de igualdad de derechos entre hombres y mujeres.

Y no me refiero solo a las asignaturas laborales pendientes, aunque ha pasado más de un siglo desde aquella tragedia y siguen incumpliéndose normas de seguridad y salud laboral. Pero considero aún peor que esto el hecho de que sigamos siendo víctimas de violencia doméstica. No es que un delito sea peor que otro. Lo terrible es que las mujeres sigamos siendo tan vulnerables en nuestra propia casa y con nuestro propio entorno.

Según un informe realizado por la asociación feminista La Casa del Encuentro durante el año 2014 en todo la Argentina hubo 277 feminicidios, quedando huérfanos de madre 330 niños. Y si bien estas cifras son relativamente inferiores en relación a las del 2013, cuando se registraron 295 casos, hay que recordar que aquellas fueron los peores índices desde el 2008.

Esta situación no varía demasiado en los demás países de la región. Según el observatorio de Igualdad de Género de América Latina y el Caribe (OIG), perteneciente a la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (Cepal), Colombia es el país con más feminicidios (88), seguido de Perú (83), República Dominicana (71), El Salvador (46), Chile (40), Uruguay (25), Paraguay (20) y Guatemala (17).

Por todo esto, más que un día de festejo, creo que el Día de la Mujer debe ser un día de reflexión. De escuchar y hacerse escuchar. Dejemos las promociones de las tarjetas de crédito y las cajas de bombones para otra ocasión.

¿Qué asignaturas pendientes crees que aún tiene la sociedad con las mujeres?