Miedo al fracaso

Deja volar tu mente. Imagina que tienes el dinero para llevar adelante ese proyecto con el que siempre has soñado y para el que te has capacitado. Piensa el paso a paso. ¿Cómo arrancarías? ¿Cuál es el objetivo y a qué plazo lo fijarías? Sueña, fantasea…Arma tu equipo, piénsate en la empresa. Alto. Stop. Aleja esos malos pensamientos. No pienses en el fracaso. Aún no es tiempo.

Tarde o temprano, el miedo al fracaso aparece, aún entre aquellos que son proclives a tomar riesgos. Dice la psicología moderna que viene atado a la idea de que el valor de las personas es proporcional a sus logros. Y que sentirlo, hasta es preventivo. La razón: quien nunca ha experimentado miedo no ha podido prepararse para el peligro. ¡Y eso es estar indefenso!

En un ensayo sobre el fracaso, el escritor argentino Pacho O´Donnell lleva al límite su análisis animándose con grandes personalidades de la humanidad. “¿No fue van Gogh un fracasado para su época, ya que en vida sólo vendió un cuadro, “La viña roja”, a precio vil?” –dice. Y agrega: “¿No lo fue también Cristo, quien fue torturado y muerto en la más absoluta soledad, abandonado por sus partidarios, a la vista de una muchedumbre que gozaba con su martirio? ¿Acaso el Che Guevara no fue asesinado en una miserable escuelita boliviana y en el mundo se habló sobre el fracaso de su experiencia guerrillera?”

Por eso, para que el miedo al fracaso no nos inmovilice. Para que podamos emprender sin temer “lo peor”, aquí van cinco consejos que te ayudarán, a superarlo:

- El mayor riesgo que existe es no intentarlo. Es la única alternativa a través de la que no conseguirás tu meta. Es cierto, vivirás una vida segura y sin riesgo, pero te faltará una experiencia para recordar.

- Investiga antecedentes. Lo desconocido es la mayor causa del miedo. Cuando no sabes a qué te enfrentas, todo parece peor de lo que realmente puede ser. Investiga todas las posibles consecuencias (buenas y malas), para que veas bien por dónde pasa el riesgo al fracaso pero, eso sí, sin perder de vista en donde reside el éxito de tu idea.

- Comprende los beneficios del fracaso. Como dijo Emerson, la vida es una serie de experimentos, cuantos más hagas, mejor. Si el fracaso te hace perder dinero, los beneficios del aprendizaje hasta pueden superar lo perdido.

- Prepara una red de seguridad. Aunque te arriesgues a fracasar en tu búsqueda del éxito, no quiere decir, que no seas prevenido y que tengas que perderlo todo.

- La mejor forma de reducir el miedo y aumentar tu confianza es actuando. Comienza con pequeños pasos hasta que el miedo al fracaso sea manejable.

¿Qué emprenderías si supieras que no vas a fracasar en el intento?