Embarazo adolescente

Ser madre no es para adolescentes. Hay un aprendizaje de vida que es ideal experimentar antes de ejercer la maternidad y que tiene que ver básicamente con estar listo para cuidar de otro. Y para esto es importante haber superado el tiempo de la construcción de la individualidad, tarea que se vuelve intensa en los seres humanos una vez que dejan de ser niños. Pero lo ideal está lejos de ser lo corriente.

En la Argentina de hoy, cada cinco minutos una mujer de entre 15 y 19 años da a luz un bebé. Y se estima que cada año más de 100 mil chicas se convierten en mamás. Mucho se podría prevenir si se educara mejor en la anticoncepción pero ¿sería suficiente?

Hay algo en la decisión de los jóvenes que ¿eligen? ser padres y que está relacionado con la fantasía del amor, con la necesidad de tener “algo propio”, con la ausencia de adultos en sus vidas, con la desprotección y la soledad que esta falta les provoca. ¿A quién hay que educar entonces? ¿A esos adolescentes o a estos mayores?

Para ciertas cosas de la vida nadie está preparado. Cuando una hija de quince años queda embarazada del noviecito que tiene hace apenas dos meses, seguramente faltan respuestas y sobran reproches. Pero si esa mujercita tiene a quién ir con “su problema”, si tiene alguien que la contenga, estará en ventaja frente a todas aquellas hijas que jamás se animarán a confesar su situación por miedo a perder lo poco que tienen y que serán capaces hasta de poner en riesgo su salud y sus vidas con tal de no ser “juzgadas”, rechazadas, abandonadas.

Para estas últimas, la Organización de Estados Americanos (OEA) armó un apartado en el que brinda respuestas para las dudas de aquellos que, a la hora de pensar qué camino tomar, necesitan saber cuáles son los derechos de una menor de edad en relación a sus hijos y frente a esos padres/abuelos. http://www.iin.oea.org/preguntas_y_respuestas_para_madres_adolescentes.pdf

Por eso, para no obligar a los chicos a tener que tomar decisiones de grandes, es importante que aceptemos hablar con ellos de sexo, placer, amor y hasta de libertad (enseñarles que para hacer lo que queremos debemos poder hacernos cargo de los resultados de ese ejercicio de la libertad). Algo hay que hacer para que esta sociedad adolescente en la que vivimos, asuma este rol con madurez. Solo se trata de intentar mirar más allá de nuestras narices, de animarnos a escuchar de boca de las víctimas en qué nos estamos equivocando.

¿Cómo crees que se pueden prevenir los embarazos adolescentes? ¿Qué necesitan estos chicos de los adultos?