El síndrome de Wendy

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La diferencia de edad dejó de ser una traba a la hora de armar pareja. Hay mujeres jóvenes con hombres mayores pero las hay también acompañadas por varones a los que aventajan en edad. Cada situación tiene sus ventajas y desventajas. Los maduros tienen fama de aportar seguridad a la pareja; los más jóvenes, vitalidad y diversión. Ahora, ¿qué pasa cuando, en este último caso, lejos de disfrutar de a dos los sabores de la juventud, nos convertimos en madres de nuestros novios/esposos?

La psicología identifica a este tipo de mujeres con Wendy, la hermana mayor del cuento de Peter Pan, escrito a principios de 1900 por el escritor escocés J.M. Barrie. De aquella bella joven recordamos que no solo tenía que lidiar con sus hermanitos sino también con el risueño Peter que se negaba a crecer y a asumir responsabilidades.

Hoy, lejos de esa cándida versión original, nos preguntamos si Wendy, y todas las que la emulan en la modernidad, son víctimas o culpables de haberse convertido en madres sustitutas de sus parejas que, como Peter Pan, se resisten a madurar. Caben hacerse entonces, otras preguntas:

- ¿Cuánto de controladora y de manipuladora tiene una mujer Wendy?

- ¿Se la puede exculpar solo por haberse movido bajo el influjo del instinto maternal?

- ¿Cómo vive la sexualidad una mujer Wendy? ¿Puede haber plenitud sexual en este tipo de vínculos?

- ¿Qué relación pueden tener los hijos de Wendy con sus padre? ¿Y con ella?


Perdón por haberles arruinado la fiesta a aquellas mujeres que creían haberse subido a la juventud eterna gracias a sus imberbes parejas. Solo escribí estas líneas a modo de advertencia. Para que un segundo antes del minuto fatal, hagan el esfuerzo para distinguir entre un amor ocasional con un Cupido de abdominales marcados, y un compañero de vida.


¿Por qué crees que hay mujeres que viven en carne propia el síndrome de Wendy?

@BalaguerAdriana


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