Demoliendo mitos sobre la salud

Hoy me toca darles una noticia liberadora: el saber popular no es tan sabio. Muchos de los consejos con peso de ley con los que hemos crecido, no tienen asidero científico. ¡Sí señores y señoras, ya podemos tirarnos a la pileta después de comer, que no hace mal, o cenar tarde que no vamos a engordar de más (el aumento de peso depende de la cantidad de calorías consumidas no del horario en que las comamos)!.

"Don't swallow your gum" ("No te tragues tu chicle") es el libro en el que los pediatras norteamericanos Aaron Carroll, profesor de la Universidad de Indiana, y Rachel Vreeman, desmitifican con pruebas científicas ciertas creencias populares. A continuación, seis de los ochenta mitos que ya están listos para ser derribados:

- Las personas usan solo el 10% de su cerebro: Distintos estudios localizados han demostrado que ninguna parte del cerebro está completamente inactiva. Si esto fuera cierto podría estar lesionado en un 90% sin ningún efecto.

- Leer con poca luz perjudica la visión. Si bien produce cansancio la lectura con poca iluminación, los efectos de este esfuerzo no duran ni son acumulativos. Cuando la luz vuelve a ser la adecuada, desaparecen.

- El desodorante antitranspirante causa cáncer de mamas. Quienes creen en esto aseguran que por su uso “el cuerpo no logra eliminar toxinas a través del sudor” y que se favorece que queden “cautivas en los nódulos linfáticos”. Sin embargo, no existen estudios científicos en este sentido.

- Estirar las articulaciones de las manos provoca artritis. Se han hecho estudios entre pacientes con artritis que dijeron no tener el hábito de “tirar de sus dedos para estirarlos” y sin embargo, cargan con la dolencia.

- Las pastillas anticonceptivas no funcionan cuando se toman antibióticos. No existen evidencias sólidas en este sentido, a pesar que el dato puede llegar a aparecer en el prospecto de las mismas píldoras. Solo basta recordar que los anticonceptivos pueden fallar por lo menos el 1% de las veces y en condiciones ideales.

- Si se traga un chicle, este permanecerá en el estómago siete años. Si bien la mayor parte de las veces el estómago no logra quebrar a las moléculas de goma igual que a las de los alimentos, el azúcar y otros componentes sí pueden ser absorbidos. Y los jugos gástricos se encargan del resto. Generalmente, el chicle tarda en salir no más de dos días.

Espero haber hecho hoy, un aporte más a mi cruzada para terminar con viejos mandatos y creencias. Aunque repasando el libro, no veo que diga nada sobre si hace mal comer sandía y tomar vino tinto al mismo tiempo ¿Será que es cierto?

¿Qué insólita creencia popular has escuchado que debes cumplir para no afectar tu salud?