Benditas apps

Hay sensaciones que no estoy dispuesta a abandonar aunque haya una aplicación que la reemplace. No todo tiene relevo. Y no voy a ser menos moderna porque no piense sumar esa app a mi celular o a mi tableta. No se qué les sucede a ustedes pero no estoy dispuesta a abreviar tantos años en tan poco tiempo. ¿Quién dijo que todo tiene que entrar en una pantalla de 320 x 240 pixeles?

¿Eres adicta a las apps de tu teléfóno?
¿Eres adicta a las apps de tu teléfóno?

A saber:

  • Amo llevar una pequeña linterna en la cartera.

  • Y aunque si se rompe tenga siete años de mala suerte, prefiero mi pequeño espejo de bolsillo que su versión tech.

  • Ni que hablar de poner a andar a distancia el horno de mi casa o encender las luces del porche de entrada desde la oficina. ¿Quién quiere adelantar tiempo?

  • Entiendo también las ventajas del chat. Pero creo que hay cierto peligro en escribirlo todo. Nunca está totalmente claro el tono con el que se está expresando lo que se piensa. Creo que tenemos que volver a verbalizar. A hablar.

  • Y tanto GPS o “posicionador global”… ¿No creen que están alejando de la gente? ¿Hay que resignarse a no preguntarle más al vendedor de diarios y revistas por tal o cual calle?

  • Tampoco compro la app para medir el estrés. ¿Es necesario? ¡Cómo si no nos diéramos cuenta!

  • Debo confesar que detesto esto de tener tan a tiro la posibilidad de sacar fotos. ¿No creen que sería mejor dedicarnos a vivir la experiencia en vez de estar desesperadas por ponerla en foco con nuestros benditos aparatitos multiuso?

¿Qué otras aplicaciones de tu celular/tableta te están alejando de hábitos adquiridos y extrañables?