Vivir en unión libre… ¿tiende al divorcio?

Jamás hubiera pensado que existía un debate sobre si el vivir con alguien antes del matrimonio era o no determinante para el éxito de una relación. En pleno siglo XXI existen quienes quieren desalentar el que las parejas se muden a un mismo lugar antes de dar este importante paso. Sin embargo, esta discusión no sólo existe sino que se siguen haciendo estudios al respecto.

Según publica livescience.com, durante años el consejo más popular para garantizar que perdurara un noviazgo y pudiera convertirse en algo más serio y trascendental era esperar a casarse antes de vivir en unión libre, avalados por ciertas investigaciones que habían encontrado una relación entre la cohabitación premarital y el divorcio.

Estudios que parecen no importarle a nadie, ya que en Estados Unidos dos tercios de los nuevos matrimonios empiezan después de vivir juntos; e información de México, Panamá y Chile apuntan que las relaciones de unión libre van a la alza en nuestra región. La buena noticia es que, como lo publica un nuevo trabajo, todo lo que se había afirmado hasta el momento no es del todo cierto y no existe una diferencia clara entre las tasas de divorcio de quienes vivieron en unión libre y los que se mudaron juntos después del matrimonio.

Las investigaciones previas habían comparado las tasas de divorcio de quienes vivieron antes en unión libre con aquellas que se casaron directamente, usando la edad en la que se casaron como su principal referente. En cambio Arielle Kuperberg, una socióloga de la Universidad de Carolina del Norte, hizo una comparación de estas mismas correlaciones, pero usando como referencia la edad en que empezaron a vivir juntos. Su lógica era que el querer compartir un hogar con la pareja es un punto de inflexión en la vida, marcando un momento de mucho mayor compromiso y responsabilidad, sin importar que no existiera entre ellos un documento legal que lo constatara.

Con esto, no sólo desmintió que las parejas que cohabitaban antes del matrimonio tenían una mayor probabilidad de terminar divorciadas, sino que también descubrió que los 23 años son la edad ideal para encontrar una pareja o, como Kuperberg describe, “cuando la gente está dispuesta a elegir a un compañero más compatible”. La explicación que da la investigadora de su hallazgo es que “quizá ya son un poco más maduros o ya están más instalados en el mundo”, además de teorizar que es el momento en el que la mayoría de las personas ha dejado la escuela y está entrando de lleno al mundo laboral.

Aun cuando hayan estadísticas y estudios de por medio, las personas seguirán tomando lo que consideren será la mejor decisión para ellos en ese momento determinado. Sí, vivir con alguien es un paso muy importante en la vida. Conlleva grandes costos emocionales en caso de que se dé una ruptura o un fracaso, pero si lo vemos de manera fría, al final del día éstos tan sólo se traducirán en un corazón roto.

¿Y tú qué opinas de la unión libre? Cuéntanos tu experiencia.

@AnjoNava

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