¿Qué significa ser 'mustio' en México?

Ser mustio en México habla de un comportamiento hipócrita, incluso en el amor. / Foto: Thinkstock
Ser mustio en México habla de un comportamiento hipócrita, incluso en el amor. / Foto: Thinkstock

En esta época mundialista es imposible no envolverse en banderas y sacar los arrebatos patrioteros que, por lo general, permanecen durmientes durante cuatro años. No importa la nacionalidad, los pueblos se hermanan alrededor de una disciplina deportiva y hasta el más férreo opositor termina preguntando por el marcador final de un partido.


Es una temporada como ninguna otra en la que sólo existe un tema de conversación. Una época en la que las clases de geografía de antaño son evocadas, aunque el mundo cambió tanto desde entonces que no se pueden confiar mucho en ellas.

También es tiempo de evidenciar las diferencias y particularidades de las lenguas y dialectos que se hablan en las distintas regiones, porque en ellas queda impregnada parte de nuestra idiosincrasia. Quiero aprovechar este momento en el que los países nos enfrentamos en una cancha para hablar de un término que utilizamos particularmente los mexicanos y que, al mismo tiempo, es de los más nocivos en cuanto a relaciones se trata.

En otras latitudes, el adjetivo 'mustio' o 'mustia' describe cuando una planta, hoja o flor se ve lánguida o marchita; en otros sentidos, la palabra puede expresar que algo se ve o comporta melancólico o triste. Pero en México, la connotación es muy distinta.

Ser mustio o mustia en México habla de un comportamiento hipócrita en los individuos. Una doble cara que es un reflejo de los diferentes criterios que una misma persona utiliza para juzgar un mismo acto.

Un ejemplo común es quienes se niegan a tener relaciones sexuales antes del matrimonio. Llamaríamos mustia a una persona que pregona que es fiel a sus valores y formación y, por tanto, prefiere esperar a contraer nupcias previo a iniciar una vida sexual, mientras que cada fin de semana se emborracha y tiene sexo con cuanto extraño pasa por su camino.

Por supuesto que hay grados y mucha gente ni siquiera hace consciencia de que lo está siendo e incorpora esta doble moral en su vida diaria para todo tipo de cuestiones. La educación latinoamericana suele ser estricta y conservadora, basada en creencias milenarias que se heredan y cultivan de generación en generación.

Los individuos mustios prefieren esconder lo que realmente piensan de las normas y hacen creer a los demás que las siguen, en vez de mostrar de forma abierta su displicencia por las mismas. No sé cómo le llamen a esta actitud en el resto de los países hispanoparlantes, pero espero que todos estemos de acuerdo que es nefasta y deberíamos exterminarla.

Para ello, lo primero es ser honestos con nosotros mismos y evaluar cada vez que alguien nos hace una propuesta o invitación de índole romántica, sexual, erótica, atrevida o como la queramos calificar, si estamos siendo mustios o no.

Un buen método para juzgar esto es escuchar la respuesta que estamos por decir en nuestras cabezas y compararla con algo que diría una mamá o abuela. Cosas como “No es correcto”, “Qué van a pensar”, “Qué dirán”, etc. En cambio, es mejor dar una contestación firme, sincera y asertiva.

Esto no quiere decir que uno debe aceptar cualquier invitación, sino ser honesto con nuestro verdadero esquema de valores. Si el plan no nos gusta, es mejor proponer otro, manteniendo la mente abierta. Por otro lado, si sólo se está buscando hacerse el o la difícil, calificar de inmoral una actividad —que en realidad sí se está dispuesto a poner en práctica en otro momento— para negarla es sólo un pretexto que, a la larga, provocará más malos entendidos.

No importa en qué parte del mundo estemos, la hipocresía, o como se le denomine en ese lugar a un gesto así de despreciable, arruina cualquier tipo de avance en una posible relación y, al igual que una falta en un partido de futbol, tiene que ser sancionada con una tarjeta roja.

¿Qué te parece?

@AnjoNava
Si quieres compartir tu caso escribe a: anjo.nava@yahoo.com

También te puede interesar:
Problemas de pareja, ¿qué hacer tras una pelea?
Sexualidad en el siglo XXI: abrir la válvula de la presión
#CuestióndeAmor: “¿Por qué no puedo terminar con mi pareja?”