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#CDMA: El misterio de enamorarse con personas del trabajo

Hay pocas cosas que distinguieron a la década de los noventa como el integrar a fuerza la letra X en los nombres de las cosas. Esta grafía le otorgaba a cada título un carácter de extremo y anunciaba que era lo más fresco y actual que existía en el momento. Sin embargo, en la serie de aquella época, Los expedientes secretos X la letra jugaba, en cambio, al igual que lo hace en las matemáticas o en el álgebra, para ser exactos. En esta ciencia la X representa lo desconocido, una incógnita que resolver.

Hace unos días, los protagonistas de esta legendaria emisión televisiva, David Duchovny y Gillian Anderson, revelaron un secreto que se tenían entre manos. Fue durante un concierto para presentar el nuevo disco de Duchovny —sí, el tipo canta— que la actriz Gillian Anderson subió al escenario para acompañarlo a dueto en una de las canciones y al terminar

se dieron un beso que develó el romance que ambos estaban viviendo.


Con un beso, David Duchovny y Gillian Anderson le dijeron al mundo que estaban juntos.
Con un beso, David Duchovny y Gillian Anderson le dijeron al mundo que estaban juntos.

Más allá de la nostalgia que pueda evocar entre los miles de aficionados que aún perduran de la serie en cuestión, el noviazgo de los dos veteranos nos da el pretexto perfecto para hablar de un tema que no es ningún secreto, pero que muchos probablemente hacen todo lo posible por ignorar y es que el enamoramiento puede surgir en cualquier momento entre dos personas que se ven forzadas a pasar mucho tiempo juntas.

En el caso de los actores que interpretan a los detectives Mulder y Skully, no es de extrañarse que después de tantos años hayan empezado una relación. El mes pasado se anunció que Los expedientes secretos X regresarían en enero de 2016 con su elenco original, tras 14 años de ausencia en las pantallas. Por lo tanto, Anderson y Duschovny no solo convivieron juntos los ocho años y medio que duró el programa, sino que lo volverán a hacer por horas, días y hasta meses mientras realicen el rodaje de los nuevos capítulos.

Hace algunos años, una muy querida jefa que tuve al inicio de mi carrera en la publicidad me explicó por qué surgían tantos amoríos en los espacios de trabajo. Su lógica era poco objetable, ella aseguraba que estos eran como estar preso en la cárcel y que al estar tanto tiempo encerrado dentro de esas paredes, pronto se termina encontrando en el o la de junto a un aliado con quien compartir las mismas experiencias. No es de sorprenderse que entre ellos empiecen a desarrollarse sentimientos adicionales, inquietudes físicas y demás características que definen un enamoramiento.

En estas situaciones no hay ninguna X o misterio por resolver y, si no hay de por medio otro compromiso que se pudiera interponer entre ambos,lo ideal es encararlo y hacerle frente de la misma forma que Mulder y Skully: sin complejos ni tapujos, y despejar toda especulación. No soy de los que creen que el trabajo es el mejor lugar para encontrar pareja pero, si pasa, ni modo, hay que celebrarlo.

El único enigma que permanece en relación al romance de David Duchovny y Gillian Anderson es si éste no se trata de un triste truco publicitario para generar expectativa sobre el relanzamiento de la serie de televisión. ¿A alguien le extrañaría?

@AnjoNava

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