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#CDMA: Casarse, ¿para qué?

El amor es uno de esos asuntos que salen de manera espontánea en cualquier conversación. Preguntar por los seres queridos, la pareja o la falta de la misma son tan recurrentes como comunes. Sin embargo, debo confesar que el día de ayer forcé un poco el tema durante una junta de trabajo.

Con los millennials parece que el matrimonio va en picada.
Con los millennials parece que el matrimonio va en picada.



Frente a mí estaba sentada una chica de 25 años. Era la productora a cargo del proyecto en cuestión y la más joven en la sala, por lo que en un descuido la enfrenté con una suposición que llevo masticando en la cabeza desde hace muchos meses.

—Por ejemplo, Tamara, ¿crees en el amor? —le pregunté, haciendo referencia a algo que se acababa de decir en la mesa.

Desconcertada y seria, respondió que sí.

—Pero, ¿crees en el amor eterno? ¿En ese amor que dura toda la vida?

Mirándome con escepticismo y torciendo la boca volvió a decir que sí.

—Ahora bien, ¿crees en el matrimonio? ¿Te quieres casar?

Pensativa, volvió a asentar.

Aunque Tamara afirmó todas las preguntas, yo me quedé con su lenguaje corporal. En ningún momento se emocionó con la idea de encontrar a un príncipe azul que la proveyera de bienes y bebés, tampoco habló de algún tipo de sueño sobre casarse de blanco y desfilar por un inmenso pasillo de un templo religioso, frente a todos sus seres queridos y los amigos de sus seres queridos. No, en la mirada de Tamara todas esas suposiciones, aunque no resultaban nocivas, tampoco representaban una meta de vida.

Al salir de la junta quise profundizar en mi suposición. Podría asegurar que la nueva generación de jóvenes adultos, nombrada por la mercadotecnia como “los millennials”, no tienen la misma percepción del matrimonio con la que crecimos las generaciones anteriores, de hecho me atrevo a decir que esta figura institucional está sufriendo de una crisis.

Al indagar del tema en Internet me topé con una investigación de Meg Murphy para la Universidad de Bentley en Massachusetts en la que muestra datos relevantes al respecto. Murphy afirma que, “El matrimonio tradicional ha mostrado una trayectoria descendente por generaciones, pero con los millennials parece que va en picada”.

El think tank Pew Research Center, con sede en Washington D.C., afirma que el 25% de los millennials nunca se casará, lo que representa la cifra más alta de la historia. Esto se traduce a que el matrimonio ha perdido gran parte de su atractivo social. En su ensayo, Murphy cita un tweet de la comediante americana Sara Silverman, para resumir la percepción que se ha masificado sobre el matrimonio: “¿Por qué querría involucrar al gobierno en mi vida amorosa? Es una barbarie”.

Pero al final, creo que la mejor explicación para entender el matrimonio en estos tiempos la obtuve me la dio Tamara en aquella junta. No es que como jóvenes, no crean en la institución, no se trata de un asunto ideológico, sino una cuestión de fortuna. Encontrar a alguien que se convierta en un compañero de vida para todos los días que nos quedan en el mundo es un deseo compartido, encontrarlo es el problema. Y, si no pasa, no pasa nada.

@AnjoNava 

Escribe tu pregunta a anjo.nava@yahoo.com

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