Qué esperar del regreso al juego de la soltería

Lega un momento en la vida de cualquier persona soltera, cuyo corazón fue destazado en millones de fragmentos, en el que se dice a sí misma que está lista. Es una de esas sensaciones de empoderamiento y orgullo propio en las que el cuerpo entero se llena de vigor para enfrentar lo que viene. Es así como se deciden hacer algunos cambios, como cortarse el pelo, comprar ropa nueva, ponerse a dieta o cualquier otro estímulo que ayude a suavizar el regreso al mundo de las citas y encontrar pareja.

Qué esperar del regreso a la soltería
Qué esperar del regreso a la soltería

Aunque la actitud es la correcta y muchas de esas acciones cumplen su función de darle una infladita a la autoestima, el saltar nuevamente al matadero puede traer resultados que distan mucho de los esperados.

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Es natural que después de tanto tiempo —sin importar en realidad cuánto haya transcurrido— el arsenal de tácticas de seducción se encuentre enmohecido, lo que explica el bajo nivel de éxito que se puede esperar durante los primeros intentos. Es común cometer errores de novatos como no saber que responder frente a un halago, tartamudear y otros síntomas propios del nerviosismo; tener miedo, mucho miedo y querer salir corriendo del lugar; mandar demasiados mensajes de texto o exagerar en el número de llamadas perdidas que se hacen a un teléfono. En fin, el potencial de equivocarse cuando se está de vuelta en el juego es abismal.

Pero, quizá el factor cuya dificultad es mayor de controlar es el de las expectativas desbordadas y el deseo de dejar la soledad que arremete cada día con más fuerza. La gente cree que porque ya está lista para empezar la búsqueda de pareja la vida le pondrá enfrente un grupo de candidatos competentes para elegir. Es entonces que se puede caer en un vicio de frustración enorme dividido en dos vertientes: encontrar atractivo a cualquiera o creer que todos los buenos partidos ya no están disponibles.

La primera es, quizá, la más peligrosa, porque los nuevos solteros se pueden adherir a la persona que se adelante a invitarlas a salir o que acepta su invitación. A este pretendiente le adjudican cualidades que ni siquiera él mismo sabe que tiene y, en consecuencia, esperan que las cumpla cabalmente. Enamorarse de manera precoz puede convertirse en una bomba de tiempo, cuya explosión no solo abrirá las heridas que estaban cicatrizando, sino que puede dejar a ese individuo en un peor estado del que estaba al principio.

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La segunda es un problema fácil de resolver. Pensar que se es el último soltero sobre la Tierra y que nunca volverá a amar tiene, de hecho, un lado positivo. Pensemos en la fórmula de cualquier película romántica producida en Hollywood: los protagonistas pasan el 80 por ciento de la trama separados, evadiéndose, sorteando las dificultades que los mantienen de ese estado, para que, al final, se encuentren y queden empapados en una moraleja que dice, “todo va a estar bien”. Aunque con menos calorías y grasas saturadas, la vida real sí es un poco así. Los que creen que ya no encontrarán el amor, tarde o temprano lo harán, y, con un poco de suerte, se darán cuenta de que éste no resolverá su vida ni la plenitud con la que la viven. La pareja es únicamente un componente más, pero está lejos de ser el único.

Así que, recién convertidos a la soltería, disfruten el viaje, porque el sufrimiento ya pasó.

@AnjoNava