En la trastienda del museo

Texto: Mariana Israel

Que lo esencial a veces sea invisible a los ojos parece aplicarse también a los museos. Las colecciones a la luz son una parte ínfima, la punta del iceberg, de lo que guarda la trastienda. El detrás de escena atesora piezas únicas y valiosísimas que, por ser demasiado grandes, extrañas o frágiles, son ocultas al público.

Desde un traje de astronauta bañado de polvo lunar, hasta un trozo del árbol de la manzana de Newton y un autorretrato de Rembrandt hecho en tiza roja, esta es una breve lista de algunos de estos secretos escondidos, develados por el nuevo libro "The Secret Museum" de la británica Molly Oldfield, y por el periódico The Washington Post.


"El sutra del diamante", el libro impreso más antiguo del mundo

¿Dónde está? En la Biblioteca Británica de Londres.

Libro "El sutra del diamante" / Foto: Wiki Commons
Libro "El sutra del diamante" / Foto: Wiki Commons

Impreso en el año 868 D.C., "El sutra del diamante" es el libro más antiguo. Se trata de un pergamino de casi 5 metros de largo (16 pies), otorgado por Buddha a su discípulo Subhuti. Fue hallado en una caverna en China y se lo exhibe ocasionalmente, durante poco tiempo, porque el papel es superdelicado y sensible a la luz.


El autorretrato de Rembrandt

¿Dónde está? En la Galería Nacional de Arte, Washington D.C.

Autorretrato de Rembrandt / Foto: AP
Autorretrato de Rembrandt / Foto: AP

El famoso artista holandés pintó varios autorretratos, pero uno de 1637 descansa en la trastienda de este museo estadounidense por temor a que la exposición a la luz apague su color. La última vez que se asomó a la superficie fue en 2006. Su particularidad es que está hecho con tiza roja, lo cual es una rareza en la obra de Rembrandt.


Un trozo de madera del árbol de Newton

¿Dónde está? En la Real Sociedad de Londres.

Grabado de Isaac Newton, basado en una pintura de 1726, realizada por John Vanderbank. / Foto: AP
Grabado de Isaac Newton, basado en una pintura de 1726, realizada por John Vanderbank. / Foto: AP

¿Te acuerdas de la anécdota de cómo Isaac Newton descubrió la gravedad? Estaba sentado descansando contra un árbol de manzanas cuando una cayó encima de su cabeza. En 1800, el árbol se desplomó, pero el dueño del jardín donde estaba conservó algunos trozos. En un estante de la Real Sociedad hay dos fragmentos, uno de los cuales viajó al espacio a bordo del transbordador Atlantis en 2010.


Un traje cubierto de polvo lunar

¿Dónde está? En el Museo Nacional Smithsonian del Aire y el Espacio (Washington, D.C., Estados Unidos).

Museo Nacional Smithsonian del Aire y el Espacio / Foto: AP
Museo Nacional Smithsonian del Aire y el Espacio / Foto: AP

Molly Oldfield cuenta, en un extracto publicado en el periódico británico The Telegraph, que en esta trastienda se almacenan trajes espaciales como si fuesen cuerpos en una morgue: en frío, recostados en camillas y cubiertos por sábanas, para preservarlos mejor. Así fue como encontró al de Harrison Schmitt, el único científico que pisó la luna como parte de la expedición Apolo 17. Lo especial de este atuendo –y el motivo por el cual no se lo expone– es que nunca lo lavaron: sigue cubierto de polvo lunar.


El radio de Marie Curie

¿Dónde está? En el Museo Nacional de Historia Estadounidense, Washington D.C.

Marie Curie en un laboratorio, en marzo de 1921, en París, Francia. / Foto: AP
Marie Curie en un laboratorio, en marzo de 1921, en París, Francia. / Foto: AP

Esta ampolla que contiene el radio utilizado por Marie Curie nunca se ha exhibido por una razón lógica: es radioactiva. Perteneció al cirujano neoyorquino Robert Abbe y hoy se encuentra en este museo en una caja forrada de plomo, junto con otros instrumentos que el médico, pionero en radiología, empleó para tratar el cáncer.


Una bandera de la Batalla de Trafalgar

¿Dónde está? En el Museo Nacional Marítimo de Greenwich.

Es tan grande que no tienen dónde exponerla y tan frágil que corre el riesgo de convertirse en polvo en cualquier momento. Esta bandera del siglo XIX adornó la popa de un buque de guerra español en la histórica Batalla de Trafalgar contra los ingleses, por el dominio de los mares. Luego, flameó desde la Catedral de St. Paul durante el funeral de Nelson en 1806 y allí permaneció durante un siglo. Hoy, yace en las sombras del Museo Nacional Marítimo de Greenwich.

Insólitos, curiosos, fascinantes y cargados de historia. Así son algunos de los tesoros de las trastiendas de los museos, que aguardan pacientemente una oportunidad de salir a la luz.

Fuentes: periódico inglés The Telegraph (telegraph.co.uk), periódico The Washington Post (washingtonpost.com)