Los sillones de masajes, desenmascarados

Las responsabilidades de siempre, el trabajo, los hijos, la casa…, son cuestiones que día tras día incrementan el estrés y, además, impiden disfrutar al máximo los momentos bellos de la vida. Por eso, hace miles de años, se inventaron los masajes. Hoy, gracias al inexorable avance de la tecnología, tenemos la posibilidad de adquirir sillones de masajes para colocarlos en casa o, incluso, en la oficina. ¿Pero realmente funcionan?

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La oferta de sillones de masajes viene respaldada habitualmente por la promesa de un sinnúmero de beneficios. Sin embargo, hoy nos queremos plantear realmente cuál es la verdad sobre estas sillas, si está justificada su inversión, si acaso no es preferible y más eficaz someterse al cuidado de un masajista profesional y si traen aparejados riesgos para la salud.

Aquí te contamos todo lo que tienes que saber antes de decidirte a comprar uno.

1. Los sillones de masajes están basados, generalmente, en una técnica milenaria llamada shiatshu, que consiste en aplicar presión en el cuerpo por medio de los dedos. Este tipo de masajes, de origen oriental, favorece el riego sanguíneo, relaja la musculatura, ayudan a conciliar el sueño de forma natural y eliminan los dolores por malas posturas o contracturas.

2. Existen docenas de sillones diferentes especializados en zonas o funciones distintas. Los programas que ofrecen permiten masajear los pies, gemelos, glúteos, brazos y toda la espalda, desde la zona lumbar a la zona cervical.

3. A diferencia de los masajes tradicionales, los sillones de masajes te permiten relajarte en tu propio hogar sin ninguna distracción y con absoluta privacidad. Por otro lado, tienes la posibilidad de utilizarlo cuantas veces quieras, en función de tus necesidades.

4. El precio varía en función del fabricante y de los distribuidores. Los principales fabricantes son Panasonic, Omega Massage, y Sanyo Electronics. Estas compañías ofrecen las tecnologías avanzadas y sofisticados programas de software para ofrecer tratamientos eficaces. Puedes encontrar sillones desde $800, como el HT-3000 Suburban Wall-Hugger Massage Chair, hasta $8,000, como el Panasonic EP MA70 Real Pro. El Cozzia 16020 Feel Good Series, con un precio de $1,800, es uno de los más populares.

5. Un masaje tradicional tiene un valor que oscila entre $60 y $140. Aproximadamente, 15 sesiones de masajes con un profesional es el costo de un sillón masajeador. Pero, ¿el efecto es el mismo? Por supuesto que no. El masaje practicado por un especialista es significativamente más eficaz que el brindado por estos muebles.

6. No obstante, ninguna alternativa es excluyente. Muchas personas optan por adquirir un sillón de masajes y hacer una visita a un profesional cuando consideran que necesitan un tratamiento más intensivo.

7. Una de los rasgos principales que hacen exitosos a estas sillas es la posibilidad de programarlo para que ejerza el tipo de masaje que necesites en cada ocasión. Puede ser que sólo desees un masaje relajante en todo el cuerpo, que quieras un masaje focalizado en la zona lumbar, en las piernas o un masaje de cuello. Suelen estar equipados con distintos sistemas de masaje, potencias, memoria, etc.

8. Estos artefactos encierran también el riesgo de profundizar el problema que tengas en tu cuerpo. Muchas veces el dolor que sientes no debería ser tratado con masajes sino con un tratamiento distinto recomendado por un médico. Asimismo, es probable que mediante un masaje relajante —o a partir de aplicarse masajes con demasiada frecuencia- se ejerza más presión de la que un determinado punto de tu cuerpo pueda tolerar y se provoque una lesión.

9. Los sillones de masajes, en definitiva, son una buena alternativa siempre y cuando se los utilice con prudencia y conociendo el origen real del dolor que intentamos eliminar por medio de ellos. Y siempre, antes de tomar cualquier decisión, consultar con un profesional.

Fuente:

American Massage Therapy Association

amtamassage.org

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