¿Es malo comer hamburguesas?

En el terreno alimenticio son sinónimo de Lucifer, comida chatarra, grasa, infarto del corazón, gordura, colesterol… Son odiadas por los que se cuidan pero, a la vez, amadas para la mayoría de la gente, ya que cada día tienen más éxito en el mercado de la comida rápida. Hace un tiempo, incluso, en los Estados Unidos se abrió una cadena llamada Heart Attack Grill (El infarto), en la que ofrecen como vedette una hamburguesa de 8000 calorías. La cantidad que un adulto varón debe consumir durante alrededor de 3 días. Comer hasta reventar parece ser la consigna.

Foto: Thinkstockphotos
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Este polémico plato se ha hecho la peor fama pero, ¿es realmente tan malo?

Poner en la balanza

Para decirlo claramente, la hamburguesa no es nociva en sí misma, sino que lo que hace daño es la manera de consumirla, porque en general ocurre lo siguiente:

Están realizadas con la peor calidad de carne, la más grasosa.

Se cocinan mal (poco tiempo y a una temperatura que no es la indicada).

La carne molida es peligrosa para los niños, los ancianos y las embarazadas cuando no está bien cocida, porque tiene bacterias como Salmonella, Listeria monocytogenes y Escherichia coli, entre otras.

Suelen acompañarse de salsas, aderezos y guarniciones que no son saludables para el cuerpo. Por ejemplo, una porción mediana de patatas fritas tiene entre 300 y 400 calorías, a lo que hay que sumarles las grasas totales, las grasas saturadas y el sodio.

La comida rápida es adictiva.

Es posible comerlas y ser sanos

Es cierto vistas de esa forma tienen unas cuantas condiciones negativas, pero… A no preocuparse, si eres fanático de las hamburguesas aún puedes seguir disfrutándolas. Sólo es cuestión de cambiar algunos hábitos.

Un medallón magro y casero nos puede aportar la cantidad de proteínas que necesita el cuerpo (además de glóbulos rojos). Sólo contiene 170 calorías y alrededor del 20 % de la ingesta diaria recomendada de colesterol. Para esto podemos comprar un corte bueno, con poca grasa, y pedirle al carnicero que lo muela o molerlo directamente en casa.

La carne molida siempre debe estar en la heladera y no durante más de un día. De lo contrario, hay que guardarla en el freezer hasta el momento de usarla.

No es necesario cocinarla en aceite, ni freírla. Al horno, o a la plancha salen gustosas también y restamos grasa y calorías.

A la hora de cocerlas hay que tener en cuenta que la temperatura debe ser de 160 ° Fahrenheit para que se mueran todas las bacterias. Jamás debe consumirse si aún está roja en el centro.

Evita utilizar los mismos utensilios con los que has preparado la carne cruda en el resto de la comida.

No hace falta acompañar las hamburguesas con pan. Se pueden comer al plato combinadas con tomate, lechuga, cebolla o un trozo de queso magro. En el caso de que desees hacer un sándwich que engorde menos, se puede optar por un pan de salvado.

Si quieres acompañarlas con patatas, puedes cortarlas en bastones y cocinarlas en el horno con un poco de aceite vegetal o con una patata hervida.

Evita el tocino o la salsa BBQ, para darle gusto es preferible combinarla con mostaza que es uno de los aderezos más naturales.

No frecuentes los restaurantes de comida rápida. Pero a no se desesperar si cada tanto tienes ganas de ir. Sólo intenta que sea pocas veces y complementándolo con una alimentación sana.

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