Diseño Industrial

Vibrante, de líneas rectas y formas originales. Brazos articulados y metal. Sin estar en una fábrica, creará un ambiente práctico pero también confortable.

El diseño industrial se impone. Vinculado en un principio a espacios urbanos en los que generalmente hogar y espacio de trabajo forman un todo, ese espíritu, aunque permanece, ha cambiado y así lo demuestran los nuevos diseños de mobiliario y estética en paredes y suelos.

Las líneas rectas son una constante en este tipo de hogares. Techos altos en los que las tuberías de conducción de aire acondicionado y calefacción quedan al descubierto crean una simbología casi irrenunciable, aunque no imprescindible, para impregnar de ese toque despejado, funcional y eminentemente práctico que ofrece este tipo de decoración.

Aunque no siempre dispuesto en dos plantas, cuando se trata de un lugar amplio las escaleras surgen como hilo conductor. Los peldaños se mantienen casi en el aire y la barandilla, como no podía ser de otra manera, también se elige metálica.

La decoradora Olga López de Vera desarrolló un proyecto Vivir en uno, que cumple las tradiciones del diseño industrial sin llegar al extremo. Un espacio en el que poder trabajar sin renunciar al diseño con una fuerte carga estética, limpia y minimalista.

El espacio es una única pieza donde se conjugan cinco escenarios, siendo el salón el que destaca con una serigrafía de la Plaza de Cataluña impresa en vinilo y donde se percibe el contraste de colores blanco-gris, en el que un pequeño cojín rojo pone la nota discordante.

De nuevo, la lámpara, un hilo combinado con distintos focos, incluye la nota final en este espacio pequeño, pero lleno de luz.

La mesa de centro en metal, pero de cantos redondos, contribuye a restar tensión en las líneas y sirve para degradar los grises entre la tapicería del sofá y la alfombra.

La firma ArtCromo propone para el salón sillones Silver en acero y polipiel plata troquelada en cocodrilo, con una mesa de centro del mismo estilo y pedestales junto a la ventana que hacen funciones de pequeños armarios en este ambiente minimalista.

Un dormitorio con cabecero en forja artesana ibérica trabajada a mano, en la que se incluye el típico dosel de semi-lino en las cuatro esquinas, combinan a la perfección con mesitas de noche en madera de pino y un sillón Ave cierran el espacio.