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Consejos para planchar las prendas más difíciles

Hasta que le encontré la vuelta, el planchado era uno de mis mayores enemigos entre las tareas hogareñas. Pero con el tiempo, la práctica y algunos trucos que adquirí con ella, me di cuenta de que no es tan terrible como parece (hasta confieso que a veces me relajo haciéndolo al ritmo de una canción romántica como las de Frank Sinatra).

Por eso, hoy tengo ganas de regalar algo de mi experiencia como planchadora profesional. Son algunos consejos para dejar impecable las prendas más difíciles. Quizá le sirvan a más de uno, para que empiece a hacerse amigo de este artefacto tan pesado; después de todo, le agrega algo de suavidad a esta áspera vida cotidiana.


Reglas generales

-El momento del secado: es muy importante y ahorraremos bastante trabajo si nos dedicamos a tender la ropa minuciosamente. Las costuras van derechas y unidas, en especial, las camisetas de algodón o modal en la parte de la sisa. Las camisas de vestir pueden colgarse en una percha y las sábanas, debemos doblarlas lo más prolijas posibles.

-Disponer de una buena plancha, liviana y que tenga un dimmer para regular la temperatura de acuerdo al tejido. No hace falta que sea cara, ni que tenga vapor, ya que este se puede reemplazar por un rociador (la humedad ayuda a quitar las arrugas).

-Conseguir de una tabla de planchar, porque además de ser más indicada para dejar prolija la ropa, nos ayudará a prevenir varios dolores de espalda.

-En la medida que se pueda, plancharlas primero del lado del revés.

-Hacerlo con tiempo para que salga mejor y evitemos quemaduras de telas y de manos.

-Nunca tocar broches, botones, bordados y estampados al contacto directo de la superficie caliente. Es preferible colocar un paño en el medio o planchar la tela del reverso.

-Los dobladillos también se planchan primero del reverso y, si es necesario, luego del derecho.


Los secretos para cada una

Camisas o blusas de mujer: es mejor si se encuentran algo húmedas, si no, podemos hacerlo con el vapor o un vaporizador. Lo primero que hay que hacer es quitar las trabas y solapas de los bolsillos. Después empezaremos por los puños y las mangas. Luego, por el cuello y el canesú. Seguimos por la espalda y, por último, la parte de adelante. Si hay sectores con pliegues, debemos humedecerlos y plancharlos minuciosamente. Luego, las colgamos lo antes posible en una percha para que se mantengan sin arrugas.

Pantalones: si son de vestir, es mejor usar un paño de algodón humedecido para que no aparezcan brillos indeseados. De acuerdo con la tela, colocaremos la temperatura de la plancha. Por ejemplo, los de jean precisan que la superficie esté bastante caliente. Si son de pana, debemos plancharlos del reverso para evitar que se apelmace. Para comenzar es necesario darle prioridad a la cintura y después, las piernas. Los más finos se pueden planchar con una raya central para que tengan otra caída.

Faldas plisadas: colocarlas del reverso, lo más rectas posible, y luego planchar los pliegues y las pinzas. El siguiente paso es la cintura y, por último, el resto.

Sábanas de bajeras: doblarlas por la mitad metiendo dos de las esquinas con el elástico dentro de las otras dos. Repetir el paso doblando por la otra mitad. De esta manera, todos los vértices estarán unidos en un mismo sector. Plegamos las costuras hacia adentro para que coincidan los cantos. Debe quedar un rectángulo. Más tarde, podemos plegarlas otra vez en dos mitades y listo. Esta es la forma correcta de doblarlas. El planchado se puede ir intercalando a medida que se pliegan las sábanas.

Prendas de satén o seda: la plancha debe estar tibia porque son telas muy delicadas. Si están algo húmedas y del lado del revés, mejor. Pero atención, no conviene agregar vapor y las pasadas tienen que ser rápidas y livianas. Tampoco hay que planchar las costuras para que no se aplasten.

-Recuerden guardar la ropa prolijamente en el armario una vez que hayan terminado; ya que, de lo contrario, el trabajo que hicimos perderá el sentido y volverán esas temidas arrugas.

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