Yahoo Estilo Cómo ambientar con aromas
El perfume de la tierra mojada, un leño ardiente, la sopa de la abuela, el jazmín en verano… ¿Quién puede negar lo agradable que es llegar a un lugar y que nos sorprenda un aroma especial? El sentido del olfato tiene la cualidad de evocar en nuestra memoria los recuerdos más ancestrales y primitivos, por eso es tan placentero para nosotros.
Incienso, sahumerio, vaporizadores de ambiente o para textiles, difusores, velas, aceites aromatizados y pastillas de cera, hoy existen infinitas propuestas para cambiar la atmósfera de una casa.
Hay perfumes que nos remiten al verano, como por ejemplo los florales, y otros que nos llevan directamente a recordar los días más fríos del invierno, como la leña quemada. Desde unos inciensos hasta un hogar con eucalipto o cascarillas de naranja pueden despedir una fragancia agradable, todo dependerá de la ocasión que se quiera ambientar.
Lo ideal que los aromas sean lo más naturales posible, que nos recuerden a la madera, las flores, las plantas, el fuego o el agua. Pero también existen otras esencias más artificiales e igual de deliciosas y originales; por ejemplo, las de golosinas u otros dulces, especiales para la habitación de los niños.
Un paseo por la casa
En el living: es el área que nos da el primer impacto, ya que es por donde solemos entrar. Las posibilidades pueden ser muy variadas. Si es de día, el jazmín, la rosa o limoncillo son buenas opciones para los que gusten de las esencias suaves. El coco y la vainilla, o la sandía son indicados para los que adoran los aromas fuertes. También están muy de moda los aires de oriente como el Ylan-Ylan, entre otros.
La cocina: nada mejor que oler un pan recién horneado, una torta caliente o las especias a la hora de la comida. Podríamos decir que naturalmente es uno de los espacios más perfumados del hogar, pero también es posible perfumarlo cuando no estamos cocinando. A los que les gusta cuidar las plantas, una buena idea es tener una maceta jardinera con diferentes aromáticas. La ventaja es que a la hora de hacer la comida podremos sacar un buen manojo de hierbas frescas. Pero también es posible asociar este espacio con otro tipo de fragancias más dulces como la vainilla, el chocolate, la canela, el coco, las frutas tropicales y los distintos cítricos.
La habitación: es el área de relax. Son necesarios los aromas suaves, frescos y sensuales como la lavanda, el jazmín, la madera de rosa o la camomila. ¿Más propuestas? El bambú, el watermelon y algunas combinaciones como menta y romero. También resulta acogedor perfumar las almohadas y almohadones, siempre que no se trate de una fragancia invasiva.
El cuarto infantil: de día es pura energía, por eso tiene que invitar a la creatividad y a jugar. Hay perfumes divertidos como cookies, chocolate, manzana verde, miel con canela, vainilla o tutti fruti. Pero a la hora del descanso se recomiendan la lavanda, la camomila o el sándalo, que dicen que ayuda a combatir el insomnio. Además de almohadas, también se pueden rociar los juguetes y los peluches.
El baño: flores, eucalipto, aromas que evocan al océano, menta... Con un rociador es posible perfumar las toallas para que el olor sea más persistente.
El balcón o el jardín: nada como aprovechar la tierra verdadera, el pasto, las flores y plantas. Si se trata de un pequeño balcón, lo ideal es elegir una especie de flor bien aromática y tenerla en varias macetas. Por ejemplo, las rosas, el jazmín o la madre selva, que además de verse bellas nos regalan su fragancia. También las aromáticas pueden habitar este espacio. Si se trata de un gran jardín, es agradable crear diferentes sectores con plantas o árboles de distintos aromas. Una deliciosa fragancia que, además, sirve para ahuyentar a los mosquitos es la citronella; en algunos viveros se venden como antorchas o en velas.
Algunos trucos
Aspiradora: un algodón humedecido con una esencia dentro de la bolsa de este electrodoméstico arrojara una estela perfumada mientras que vamos limpiando.
Árbol navideño: una idea creativa para las fiestas es cortar rodajas de naranja o limón; desecarlas en el horno y, una vez frías, colgarlas de las ramas. También las chauchas de vainilla y los clavos de olor.
Para quitar el mal olor de la nevera: basta con colocar adentro un trozo de carbón para retirar el aroma indeseado.
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