10 ideas para decorar con libros, ¿por qué no?

En casa, el saber sí ocupa un lugar. Uno muy importante que necesita ser resguardado de una forma especial. Los libros, ¿dónde los ponemos?

No hay demasiados objetos que aporten más calidez en un ambiente. Por eso, para los que tienen la suerte de contar con muchas de estas obras pero se sienten desdichados porque ya no saben qué ubicación darles, a no desesperar, podemos conservarlos y de la mejor manera. Porque los libros embellecen el hogar, no hace falta desprenderse de ellos a medida que van invadiendo espacios. Basta prestar atención a estas ideas originales.

Estudiar los libros

Lo primero que tenemos que hacer es una especie de inventario para poder clasificarlos. Por ejemplo, saber más o menos con cuánta cantidad contamos, cuáles son los que necesitamos tener a mano y cuáles podemos guardar más lejos; o los que ya no podemos leer porque están deteriorados... También hay que decidir la mejor modalidad que se adecue a nuestra forma de vida, para que sea más práctico buscarlos cuando los necesitamos. Por ejemplo, por temas o por autores. Pero además hay muchas otras opciones para renovar los ambientes.

Por forma y color: tiene que ver con las prioridades. En el caso de que se pueda prescindir de un orden alfabético, una buena idea es acomodarlos por tonos y jugar con las combinaciones de los textiles y los objetos de la decoración, haciendo contrastes, gamas y monocromías de acuerdo con cada sector.

Apilados: no se trata de hacerlo así nomás, hay estrategias en las que se pueden armar diferentes tipos de columnas derechas, torcidas o con formas. Sería como un desorden "buscado". Hay que ser valiente, ya que puede ayudar a crear una atmósfera divertida.

En los techos altos: a veces sentimos que contamos con un espacio reducido pero nos olvidamos de algunos sectores que podemos aprovechar. Por ejemplo, hacer estantes o un entrepiso cerca del cielo raso. Por supuesto que allí irán los que no precisamos tener cerca. Porque hay que pensar que no se trata de una ubicación práctica, sino que brinda la ventaja de ahorrar espacio.

En el bajo escalera: este es otro de los rincones que no se aprovecha demasiado. Sin embargo, por su forma geométrica se pueden armar rincones muy bien aprovechados.

A modo de mesa: es divertido hacer una base con columnas de libros y conseguir una superficie que puede ser de madera o vidrio. Esta técnica sirve para hacer desde mesas de noche, de apoyo, ratonas e, incluso, principales (con cuatro columnas) para el comedor diario.

Como muebles: por ejemplo, pueden usarse como soporte de algún adorno (con una bandeja encima) o como estanterías (de la misma manera que las mesas, haciendo columnas y colocando superficies intercaladas). Asimismo, hay diseñadores muy originales que pudieron transformar los libros en una barra de bar y hasta en mesas para comer.

Bibliotecas clásicas y modernas: respecto de las primeras, no hay demasiado nuevo para aportar. La tendencia que ya existe hace unos años es revestir toda la pared con un gran módulo dividido en anaqueles, que pueden ser simétricos o de diferentes tamaños. Las ideas más innovadoras dentro de esta línea clásica son las estanterías perpendiculares o paralelas. Pero, ¿quién dijo que necesariamente tienen que ser geométricas? También se consiguen en forma de clave de sol y formando letras que, a su vez forman palabras.

En la casa de muñecas: las niñas crecen y aquella antigua casita de madera que alguna vez fue la morada de las muñecas hoy puede almacenar algunos volúmenes. No hay que desaprovechar esta idea moderna con inspiración antigua.

Como cuadros: si los libros ya se encuentran muy deteriorados, pero aún conservamos ese valor afectivo por ellos, un recurso creativo es enmarcarlos en forma de obras de arte.

Cuando ya no sirven: otra posibilidad cuando contamos con ejemplares que están un tanto estropeados o en desuso es crear unos móviles o pantallas de lámparas. Para la primera idea se precisa una cuerda y cola para pegarlos. Es necesario abrirlos en diferentes páginas y colocar la cuerda por dentro, uno debajo de otro. La segunda opción es cortar sus hojas y pegarlas tipo collage en una pantalla, de modo que se destaquen las letras.

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