¿Cómo es el bebé dentro de la panza de su mamá?

Tal vez la mamá aún no lo advirtió, tal vez aún no está enterada de la buena nueva noticia y sin embargo hay vida dentro de su panza. Efectivamente, dentro de la panza de la mujer luego de la concepción, hay un grupo de células vivas que cambiarán su vida para siempre.

Algunas mujeres sienten que están embarazadas, otras no lo advierten hasta que la menstruación se ausenta.

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Pero hasta ese momento, unos 20 días luego de la concepción, el bebé ya se anidó, comenzó a vivir y dentro de tu cuerpo suceden un montón de cosas.

La mujer comienza a sentir los primeros síntomas: el cansancio, el malestar nauseoso típico del primer período pero si no tiene ni sospechas del embarazo tal vez pasan desapercibidos.

Para ese momento el bebé tendrá unas 6 semanas de concebido y a pesar de ser tan pequeñito, sus órganos internos ya están en pleno desarrollo.

Su rostro ya manifiesta los rasgos humanos más representativos: sus fosas nasales, labios, boca y lengua.

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Proporcionalmente su cabeza es de mayor tamaño que el resto del cuerpo y ya aparecieron las primeras señales de sus extremidades inferiores y superiores.

Todavía no se deja sentir, pero ya está en pleno movimiento.

Desde el inicio, tres capas de células permiten el desarrollo saludable del bebé. La primera dará lugar a los órganos, la segunda al esqueleto, los músculos y los órganos sexuales y la última la piel, el cabello y las uñas.

A las 8 semanas esta diferenciación ya tuvo lugar y comienza el desarrollo que permitirá terminar de formar cada parte del embrión.

El corazón ya comenzó a latir y sus padres se emocionarán al escucharlo en las ecografías.

La placenta está funcionando, esto le permite al embrión alimentarse y crecer.

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Todo ello ocurre dentro de la panza de la mamá en las primeras semanas. Ahora podrás comprender por qué estás cansada, y por qué es tan importante el cuidado que tengas acerca de tu propio cuerpo.

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Marisa Russomando es psicóloga especialista en Maternidad y Crianza y directora de La Cigüeña.